- Ha sido un duro golpe...

- Hay que asumir la derrota. Se han apoyado en un primer cuarto con mucho acierto y cinco triples seguidos, y el empuje del público fue determinante para que nuestros jugadores estuvieran fuera del partido. Hay que reconocer que nos han ganado en buena lid y debemos mentalizarnos para el partido de vuelta: son 25 puntos de diferencia y hay que estar preparados. Pero sin duda, tenemos que pensar en el duelo del domingo en Manresa.

- ¿Qué le pasó al equipo para irse tan rápido del partido?

- El público ejerció una presión constante, no dejó ni un segundo de gritar, y después de sus cinco triples no encontramos el sitio ni el juego. Estuvieron durísimos en defensa. Lógicamente sabemos qué pasa en esta competición con el arbitraje pero, por supuesto, no les culpo. Todo esto son condicionantes que sacaron al equipo de la cancha, que no supo encontrar nunca su nivel de juego.

- ¿Queda algo de espacio para la esperanza?

- La esperanza nunca se pierde. Son muchos puntos, pero vamos a ver cómo recuperamos el ánimo, no sólo para el partido de vuelta sino también para el domingo. Estamos empezando a ver el cansancio después de muchos partidos y viajes. Nos pesó más de manera psicológica como consecuencia del acierto del Galatasaray.

- ¿Afectará moralmente al equipo esta derrota?

- Ahora tenemos que recuperar la mentalidad del equipo. Es duro, los jugadores están muy dolidos por la derrota. A nadie se le escapa que son muchos puntos, pero tenemos que apoyarles de cara al partido de Manresa, donde también nos jugamos muchísimas opciones de poder competir por el título y de tener tranquilidad. Lógicamente, ahí no hay nada decidido.

- ¿Le gustaría mandarle un mensaje a la afición?

- Hay que enviar un mensaje de ilusión, fe y esperanza. Los jugadores no han tenido acierto y ahora, en los momentos más difíciles, es cuando tenemos que ayudarles a salir del bache. Ha sido, sin duda, una derrota dura para ellos.