Schamasch afirmó que, si se hace un repaso de lo ocurrido a este respecto en ediciones previas de los Juegos, se puede comprobar que "cuantas más pruebas se efectúan, más casos potenciales" de dopaje se registran.

En la última cita olímpica, Atenas 2004, fueron 26 los casos de dopaje detectados.

Durante una visita a las instalaciones de la Agencia Anti-Dopaje China, situada al norte de Pekín, en la que trabajan 140 profesionales y que será la encargada de realizar todos los test durante los Juegos, Schamasch detalló que serán 4.500 las pruebas que se llevarán a cabo en la cita olímpica.

Agregó que 1.300 de ellas se efectuarán antes de las competiciones y desveló que ya se han realizado algo menos de cien desde la apertura de la Villa Olímpica, el pasado día 27.

Además del incremento del número de controles, Schamasch también confió en la mejora de su eficacia.

"Hemos mejorado el método de detección de la hormona de crecimiento humana", ejemplificó Schamasch, quien descartó relatar en qué consiste la mejora, ya que el COI pretende "meter miedo a los tramposos", por lo no se puede permitir que conozcan esta clase de detalles.