La UD Vecindario tendrá una moratoria de 24 horas para resolver las deudas que mantiene con jugadores que se han negado a aceptar las fórmulas de pago aplazado del club. La posibilidad de descenso a Tercera está en manos de la Asociación de Futbolistas Españoles (AFE), que apura para que se llegue a un acuerdo entre las partes sin tener que tomar una decisión drástica que también afectaría a la economía de los futbolistas.

Sólo nueve clubes de Segunda B eran los que no habían resuelto sus problemas a última hora de anoche, entre ellos la UD Fuerteventura, pese a que su presidente Pedro de la Fuente declaró que todo se había arreglado.

Según el Vecindario, la fórmula de pago que se había presentado para intentar liquidar la deuda tiene el visto bueno de la comisión mixta AFE-LFP, tras la consulta con un asesor legal de la AFE y que consiste en abonar en metálico el 52 % del montante, que es de 388.796,87 euros, y el resto que queda aplazado en pagarés avalados por los directivos, a cobrar en diciembre y en marzo. En el caso de que esos pagarés no se hagan efectivos, no podrían hacer fichajes en diciembre y el descenso sería automático a final de temporada, al margen de los resultados.

Los dirigentes del Vecindario habían contactado con los futbolistas que denunciaron ante el sindicato los pagos pendientes y, después de muchas conversaciones a través del teléfono, se llegó a un acuerdo verbal con la mayoría, unos catorce futbolistas, dispuestos a retirar sus denuncias bajo esas condiciones. Otros cuatro, según el club, no las aceptaron a la espera de poder cobrar íntegramente las cantidades que reclaman, y seguramente muy enfadados por la situación que tuvieron que vivir la pasada temporada.

Ante esto y debido a que los dirigentes agotaron todas sus opciones de negociación y ante la imposibilidad de recaudar más dinero, dejaron el asunto en manos de la AFE, que entendía que la fórmula para solventar el pago era la mejor para dejar sin efecto la denuncia, puesto que en caso de seguir adelante hasta las últimas consecuencias, el Vecindario descendía a Tercera División, recuperaba el dinero que había ingresado, unos 200.000 euros, y los futbolistas denunciantes cobrarían del fondo salarial del sindicato, que es de 350.000 euros, a repartir entre todos los futbolistas afectados.

Roberto Rodríguez, vicepresidente de la UD Vecindario, manifestó ayer por la tarde su optimismo en que la situación se resolviera favorablemente para todas las partes y que en breve se pusieran a trabajar en el nuevo proyecto deportivo, si bien no ocultó su preocupación porque en los últimos días no se encontraban soluciones, el dinero no aparecía y las posibilidades de seguir en Segunda B eran nulas.

Varias han sido las reuniones que se han mantenido con el fin de evitar este descenso administrativo, con participación en las últimas el presidente Manuel Suárez, que se espera que en los próximos días convoque a los medios informativos para dar a conocer que no se presentará a la reelección, tras agotar un nuevo mandato, y exponer lo que ha sucedido en estas fechas, en las que la falta de información ha preocupado a sus aficionados.