El Kalise Gran Canaria empieza a rodar dejando un agradable aroma. El renovado conjunto de Maldonado, el primero que empieza a tener el sello de Himar Ojeda desde la dirección deportiva, se estrenó en la pretemporada con victoria. Teror y una animosa presencia de espectadores en su pabellón municipal fueron testigos del primero de los siete tests que realizarán el representante del Archipiélago canario en la ACB antes de arrancar la campaña.

La Copa Gobierno de Canarias volvió a quedarse en Gran Canaria. El Tenerife Rural demostró su mayor rodaje en este verano, con cinco partidos a la espalda antes de la cita de ayer. Sin embargo, no fueron suficientes para poder doblegar a un Gran Canaria que estiró sus diferencias por primera vez en el encuentro coincidiendo con la presencia en la cancha de sus nuevos fichajes.

Con Norris dirigiendo el rumbo de Fisher, Sanders, Augustine y Moncasi, el Gran Canaria levantó las primeras pasiones. Un equipo con buen tono físico, mucha altura y una capacidad ofensiva elevada, pero sobre todo, con una virtud que se echó en falta la temporada pasada, las ganas de correr y buscar verticalidad vertiginosa en las transiciones en las que casi siempre los ex Barça (Moncasi) y Orlando (Augustine) tenían la última palabra.

Aunque no quiso hacerlo desde el principio, Maldonado se atrevió a cruzar tímidamente los mimbres procedentes del curso pasado con las nuevas adquisiciones. Y de eso se aprovechó el Tenerife Rural en ocasiones, para apretar con una defensa presionante en toda la cancha que nublara las miradas al aro de los amarillos. El partido así tuvo algo de incertidumbre en el marcador, donde a pesar de las intenciones de los de Rafa Sanz, nunca pudieron los tinerfeños ponerse por delante salvo el 0-2.

Habrá tiempo durante el mes, antes de que octubre asalte con el inicio de la Liga, para que las dos remesas se hagan una y completar un cesto de garantías en las dos competiciones que debe afrontar.