Di Luca desbordó a sus rivales en un repecho situado a 3 kilómetros de la pancarta de llegada, después de un gran ascenso al Pramantino (2a) y un espectacular descenso del mismo puerto, situado a 10 kilómetros del final, donde el ciclista de los Abruzzos dio el golpe de mano con autoridad de campeón.

En el descenso agarró a Franco Pellizotti, que marchaba escapado, aguantó hasta el repecho final con el grupo principal ya desperdigado y en la pequeña subida de 500 metros, a apenas 3 kilómetros de Pinerolo, metió la directa hasta levantar los brazos en vencedor con un tiempo de 6h.30.43, con bonificación de 20 segundos incluida.

Un ataque fulminante que no tuvo respuesta. Estuvieron atentos en el descenso de Pramantino los Sastre, Arroyo y Menchov, no así Ivan Basso, Leipheimer, Lovkvist y Rogers, que se vieron impotentes para enlazar con la cabeza.

Carlos Sastre ofreció una imagen esperanzadora. El vencedor del Tour 2008 exhibió nivel para luchar por el podio, que es su objetivo. Trató de pegarse a Di Luca cuando éste se marchó en la última subida, pero sin éxito. Junto a Pellizotti, Menchov y Arroyo cerró la etapa a 10 segundos. El colombiano Soler dio tiempo al grupo de Leipheimer y Basso a 29 segundos.

En definitiva, otro aviso de Di Luca, de 33 años, que pretende ganar su segundo Giro, en una etapa que varió el recorrido previsto, sin el paso por los puertos franceses de Vars, Izoard y Montgenevre, anunciados en la presentación. Sestriere, lejos de meta, no marcó diferencias y la emoción se centró al final, con los 6,8 kilómetros al 6,2 por ciento de pendiente media del Pramartino, donde llegó la batalla.

Di Luca alejó a sus rivales de la general, sobre todo al sueco Lovkvist, el más perjudicado de la etapa tras su hundimiento. La segunda plaza es del ruso Menchov a 1.20 minutos y la tercera para el australiano Michael Rogers, a 1.33. El estadounidense Levi Leipheimer (Astana) es cuarto a 1.40 y quinto es Pellizotti a 1.53. Carlos Sastre avanzó a la sexta plaza, en su camino al podio, a 1.54.

Hasta la entrada en acción de la alta jerarquía de la carrera fue destacable la escapada de Stefano Garzelli (Acqua e Sapone), superviviente de las sucesivas aventuras del día, alcanzado a 12 kilómetros de meta por Pellizotti, que coronó el último puerto con los favoritos pisándole los talones.

A partir de ese momento la valentía de Di Luca le puso en el camino de su segunda victoria en la presente edición, y le abrió la esperanza de vestirse de rosa en Roma, aunque el Giro promete emoción con las próximas jornadas. La primera cita clave será la contrarreloj del jueves con 60 kilómetros de recorrido. Mañana se disputa la undécima etapa entre Turín y Arenzano, de 214 kilómetros.