La cantera de deportistas canarios siempre ha sido envidiable. Y no sólo por las promesas del fútbol surgidas en Patalavaca o Arguineguín tipo David Silva o los hermanos Valerón. Nadadores, baloncestistas, jinetes, tenistas, atletas o golfistas, todos con alrededor de 18 años, brillan actualmente entre los más prometedores del panorama nacional e internacional o tocan ya con la yema de los dedos la élite deportiva.

Alguno mucho más joven que éstos, como Philip Köster, vencedor de la prueba del Mundial de windsurf en Pozo Izquierdo 2009 con sólo 15 años, más que tocar la élite retoza actualmente en el limbo de "los mejores windsurfistas mundiales, con la gente que hasta el mes pasado eran mis ídolos", explica desde Alemania el deportista para este reportaje donde algunas de las más brillantes promesas y sus entrenadores repasan su sacrificada y productiva trayectoria.

Feliz. No se puede definir de otro modo la cara de alegría de Evelyn Álvarez el viernes por la mañana después de haberse colgado el día anterior la medalla de oro de los 100 metros braza en el Campeonato de España Absoluto de Natación, en Las Palmas de Gran Canaria, y sólo una jornada antes la de plata en la distancia de 200. "Es que además gané en mi casa, en mi piscina, con mis padres, mis hermanos y mis amigas animándome en la grada: fue un momento inolvidable", cuenta esta buena estudiante que para lograr éxitos comienza su jornada diaria a las 5.30 horas.

"A la seis tengo que estar ya en las piscinas del Metropole para comenzar a entrenar". Cuando la mayoría de los mortales duerme plácidamente ella deja su suave estela de bracista en la piscina. "Por la mañana 4.000 metros", supervisados por su entrenador Rodolfo Martín, responsable del equipo absoluto del club grancanario. "Luego voy a clase, almuerzo, estudio y regreso por la tarde a la piscina a nadar unos 7.000 metros más".

Un futuro similar le espera a partir de septiembre a la tenista Lara Afonso, de 14 años y quizá la de mayor proyección de entre las deportistas canarias de esta modalidad, según los expertos. Tímida y delgadita, Lara es peloteando donde se siente poderosa. Con sólo ocho años fue seleccionada en la campaña nacional Enamórate del tenis, logrando acceder al Centro de Alto Rendimiento (CAR) de Barcelona junto a 16 menores más y actualmente, tras abandonar a su anterior entrenador, Marcos Conde, juega en la Ciudad Condal una competición de primer nivel "en la que parece que está arrasando", según cuenta su padre, Julio Afonso, seguro de que su hija llegará aún más lejos "porque es fantástica: tiene una técnica impresionante", admite sobre esta niña que recibe una ayuda económica de la Federación Española de Tenis como una Magüi Serna o Carla Ruano más.

Sin tanta beca pero con el prestigio de ser el segundo golfista cadete con mejor handicap de Canarias, Javier Valcarce entrena diariamente dos horas con Alejandro González y José Rodríguez en el campo de golf de Bandama a sus 14 añitos. "Es un deporte bastante difícil", argumenta, "aunque la gente pueda pensar que se trata únicamente de darle a la bola con un palo: les animo a que lo intenten para que vean. Este deporte es más que eso", explica este maduro y simpático deportista que cursa 4º de la ESO, factores éstos de la educación y la madurez que Domingo Díaz, quien fuera seleccionador nacional de baloncesto femenino, considera "imprescindibles" para triunfar en el deporte.

"Una buena base formativa ayuda muchísimo a relativizar los éxitos", explica. "Todos quieren ser Michael Jordan y quizá tengan la condición física necesaria pero a veces eso no es suficiente. He visto muchos casos así y el truco pienso que está en que sepan organizarse, que controlen sus vidas y sepan desconectar del deporte cuando es necesario", añade este afinado ojeador por el que han pasado "tres generaciones de brillantísimas baloncestistas: a veces bromeo y digo que las chicas que tengo ahora son las nietas de las primeras que entrené".

Farah Suárez es una de esas promesas actuales de las que habla Domingo Díaz. "Y Leonor", añade él, "que actualmente está con la selección sub 19 en Tailandia arrasando a EE UU". Se refiere el ex seleccionador a la grancanaria Leonor Rodríguez, máxima anotadora el viernes del primer partido mundialista, con 23 puntos, contra las favoritas al podio. "Además de una gran deportista es una buena estudiante, cuenta con buen arraigo familiar y disfruta de la vida de una chica de 17".

Si la bracista Evelyn Álvarez supiera de la victoria de la grancanaria contra las americanas, seguro que se alegraba. Igual que se alegró el windsurfista Köster al conocer el oro de la nadadora. "¡Qué guapo!", dice desde Alemania el más joven participante del circuito mundial de windsurf, que cursa 2º de la ESO y cada tarde, tras estudiar "un poco", se lanza al mar "durante tres horas", explica.

Pero no sólo vive de agua el canario. Los éxitos deportivos de adolescentes y chiquillos isleños alcanzan incluso las modalidades más minoritarias, como la esgrima, donde el Club Sala de Armas atesora algunos de los más prometedores tiradores. Con sólo ocho, nueve, diez, 11 y 12 años, Himar Padrón, Rubén Santana, Simón González y Marta Toledo acaban de traerse a Gran Canaria del Critérium Nacional, celebrado en Madrid, un puñado de medallas y trofeos en sus pequeñas maletas.

CUESTIÓN DE GENES. El joven golfista Javier Valcarce, que viaja actualmente por toda España participando en distintos campeonatos apoyado por la Federación canaria, comenzó a jugar al golf, animado por la afición familiar, a los ocho años. Los mismos motivos y la misma edad tenía Philip Köster, y uno menos, siete, el jinete Jorge Pérez, de 16 años y subcampeón de Canarias de cadetes.

A lomos de Huaco, el caballo castaño que monta y con el que ha logrado formar ese preciado binomio que puede hundir o alzar carreras hípicas, se ha ido haciendo un hueco en el panorama regional, pero, pese a su juventud, ya ha sufrido una lesión de menisco a consecuencia de la práctica de un deporte al que diariamente dedica varias horas y que le enamoró "desde la primera vez que mis padres, Míriam y Jorge, me apuntaron de niño en unos cursos de verano que ofrecían hípica", cuenta en el Centro Hípico del Cortijo, donde entrena con Gonzalo Cardona, responsable también de los éxitos de la jinete Alejandra García, a sus 13 años campeona de Canarias en su categoría.

Pese a que no son deportes baratos, ni el jinete Jorge Pérez ni el golfista Javier Valcarce ni el especialista en olas Philip Köster, ni ninguno de los chicos y chicas de este reportaje ofrecen la imagen de niños pijos. Una tabla de wind cuesta 1.200 euros; Philip necesita tres y tiene un puñado de patrocinadores para poder costearlas -Flick Canarias o Starboard son algunas de los que le apoyan-. Un caballo ronda entre 10.000 y 30.000 euros pero Jorge dice que "si realmente te gusta montar puedes tener uno por 500".

Todos los consultados resultan muy humildes y, eso también hay que decirlo, a la mayoría hay que arrancarles las palabras con alicates, salvo a la terremoto de Evelyn, que durante la entrevista trata de defender que lleva una vida "normal" mientras un desconocido con gafas de sol la atosiga para una documentación que necesita arreglar de cara a su viaje a Estados Unidos esta semana, a donde va a competir con la selección española absoluta de natación y donde quizá vea a la baloncestista Leonor Rodríguez, que acaba de fichar por un equipo americano.

"Sin ese documento no podrás entrar a EE UU", le dice el hombre mientras ella, con 17 años y su despeinada melena quemada a cloro y sol, lo mira como si fuera un extraterrestre el que le hablara. Cosas de niños. De niños y niñas que cada vez lo son menos y que con esfuerzo, responsabilidad e interés familiar parecen destinados a ocupar alguna que otra página en la historia del deporte canario.

Otro tema es si son mayores o no para meterse de lleno en situaciones tan competitivas. Hay quien puede pensar que no es justo tener a un hijo entrenando dos o tres horas diarias pero lo cierto es que a estos chicos les gusta lo que hacen. "Puede que con tanto entrenamiento esté perdiendo parte de su adolescencia, sí", dice la hermana mayor de la tenista Lara Afonso, "pero seguramente este sacrificio le traerá luego recompensas porque además adora ese deporte".