Vladimir Dasic (13 de mayo de 1988, Montenegro) entrenó ayer con el Gran Canaria 2014. El ala-pívot montenegrino pertenece a la plantilla del Real Madrid, pero llega a la Isla en calidad de cedido, condición para la que aún se está pendiente de la firma definitiva entre los dos clubes. Dasic, uno de los valores de futuro más importante de Europa, viene a jugar como alero, posición similar a la de Jim Moran. Al igual que McDonald, el jugador balcánico llega con licencia FIBA Europa, por lo que Pedro Martínez, si quiere hacerle jugar en cada jornada en la ACB, tendrá que dar de baja a alguno de sus comunitarios (Moran, McDonald, Kickert, Sanders o Norris).

Pedro Martínez tendrá que hacer un descarte en cada jornada para formar sus once elegidos, si finalmente se consuma la cesión de Dasic al Gran Canaria. El técnico catalán ya pudo ver en el Centro Insular de Deportes a su nuevo jugador en la mañana de ayer. El conjunto amarillo, sin embargo, esperaba a que se consumara la operación con el Real Madrid, que le cede hasta el final de temporada con la intención de que la perla montenegrina tenga minutos de calidad en la posición de tres, posición en la que quiere forjarle, pese a que con su altura, 2,06 metros, parecería lógico que fuera un ala-pívot.

Dasic no podrá jugar la Eurocopa, donde se cerró el plazo de inscripciones el pasado lunes, pero sí que podrá hacerlo en la competición española. Su presencia en el Gran Canaria no implica, sin embargo, que se le diera de baja a ninguno de los que serán sus nuevos compañeros. Tendrá ficha en el conjunto filial, algo que ya ocurría también en el Madrid, y podrá actuar en el primer equipo siempre y cuando no se supere en ese día el límite de cinco comunitarios o jugadores con licencia FIBA Europa que permite la ACB. No es previsible que entre en la convocatoria ante el Caja Laboral, aunque los problemas físicos de Daniel Kickert podrían ayudar a que así fuera.

Es campeón de Europa sub'18 en 2005. Su mejor virtud son sus cualidades y su condición atlética. Su handicap, la falta de regularidad, que le hace ser capaz de todo lo mejor como de todo lo peor.