El Universidad de Las Palmas entrará hoy en el sorteo para disputar la segunda eliminatoria de la fase de ascenso tras solventar con éxito su eliminatoria frente al Melilla, al que derrotó aquí (1-0) y ayer ante sus aficionados (0-3), tras un partido muy completo de los jugadores de José Juan Almeida, muy superiores al conjunto norteafricano desde que la eliminatoria se empezó a decantar claramente hacia el lado canario.

El Universidad siempre estuvo bien plantado sobre el terreno de juego, no pasó nervios y los pocos problemas que tuvo los resolvió bien Santi Lampón, en especial en las acciones ofensivas de Andrés Ramos, goleador del Melilla.

La confianza en sus propias posibilidades fue clave, ya que el Universidad empezó bien y sólo con el paso de los minutos tuvo más posesión el Melilla, que no encontraba huecos para como mínimo igualar la eliminatoria pese a que movía mejor el balón. Ramos desde lejos y en una jugada dentro del área pudo marcar, pero el portero canario estuvo rápido en sus reflejos.

Había tranquilidad, el partido discurría favorable a los intereses del Uni y la puntilla pudo llegar al filo del descanso cuando un centro de Pedro Vega no fue aprovechado por Nacho Quirino ni Futre.

Pero en la segunda parte el cambio fue radical y una acción que en apariencia no llevaba peligro sentenció esta ronda. Un pase largo de Alberto Hernández no lo atajó Dorronsoro y Futre, que nunca dio por perdido el balón, lo alojó en el fondo de las mallas casi sin ángulo.

El 0-1 obligaba al Melilla a marcar tres goles, demasiado ante un Universidad que se empezó a gustar, a sentirse cómodo y llevar el partido a su terreno.

Andrés Ramos era el único que intentó hacer algo por acortar distancias porque los jugadores del técnico Andrés García Tébar llegaban a los últimos metros sin opciones y la defensa del Universidad resolvía, una y otra vez, sin agobios, sin faltas. Todo perfecto.

Y más lo fue cuando Nacho Quirino peleó por otro balón en teoría perdido, con maestría lo pasó a Futre, que tiene la sangre fría para quedarse solo delante del portero y, cuando iba a disparar, Zamorano lo derribó. El penalti de libro lo transformó Ángel Sánchez de disparo imparable. 0-2 en el marcador y todo resuelto para el Universidad y decepción en las gradas, que rápidamente empezaron a despoblarse.

La puntilla diez minutos después con una brillante jugada del defensa Deivi, que se fue al ataque y puso el balón en bandeja hacia Pedro Vega, que entraba por la derecha, y que de un potente disparo cerraba el partido de forma contundente (0-3).

El Melilla no tuvo acierto ni para el gol del honor. Carlos Ruiz, Chota y Jonathan pudieron, pero ayer el equipo de Almeida las tenía todas a su favor para dar otro paso decisivo en su objetivo de alcanzar la Segunda A, tras lograr de forma agónica su clasificación en la última jornada de la Liga. Todo cambia y el Universidad conoce hoy a su próximo rival consciente de que no es inferior a nadie.