La derrota de la UD Las Palmas ante el Celta, unida a varios triunfos de rivales directos han acercado nuevamente a los amarillos a los puestos de descenso, que tras la disputa de la 38ª jornada quedan a dos puntos del abismo de Segunda B, a falta de cuatro partidos para la conclusión del campeonato.

O lo que es lo mismo, la permanencia no está cerrada ni mucho menos y a Paco Jémez le queda mucha tarea por delante para salvar al equipo.

Sin ir más lejos, ayer fue tarde de transistores para el entorno amarillo, todos pendientes de lo que acontecía en el Teresa Rivero de Vallecas en el encuentro entre el Rayo Vallecano y el Salamanca, que concluyó con empate a cero y sobre todo a lo que hacía el Cádiz en La Tacita de Plata ante el Real Murcia, en una auténtica final para el equipo gaditano, y no menos para los pimentoneros, también en peligro.

El empate entre ambos contendientes era el mejor resultado para los intereses insulares, pero un gol anotado en el minuto 92 por Fleurquin, de cabeza, a la salida de un saque de esquina, deja a los andaluces con 44 puntos, fuera de la zona de descenso y a uno de la UD.

La frontera la marca ahora el Real Unión de Irún, que sorprendentemente ha remontado el vuelo y se ha puesto a dos puntos de la salvación tras ganar en su casa al Numancia, un aspirante al ascenso, al que se impuso por 4-3 en un partido trepidante.

Por abajo se va a formar una pelea encarnizada en el tramo final en el que, desgraciadamente, también tendrá que meter baza la UD Las Palmas.

Los dos próximos partidos en el Estadio de Gran Canaria, se presentan ahora como una buena tabla de salvación para los amarillos, que siguen dependiendo de sí mismos, pero que cada vez están más cerca del precipicio cuando la Liga se encamina a dar sus últimos estertores.

El efecto Jémez no ha tenido repercusión en la tabla clasificatoria, aunque ciertamente el equipo, de su mano, ha cuajado momentos de buen fútbol ante rivales como el Villarreal B 2-5 o el propio Cádiz, al que se indultó la pasada jornada.