El Tenerife cumple hoy 164 días (cinco meses y diez días) desde que consiguió su última victoria en un partido oficial. Era 1 de mayo y ganó entonces por la mínima al Santander (2-1) en el Heliodoro. Desde entonces, ni una sola alegría más ha dado el equipo a su feligresía. El cuadro blanquiazul cayó goleado luego ante el Barcelona en el Camp Nou (4-1), empató ante el Almería en un partido definitivo en su pugna por la permanencia en Primera (2-2), certificó a la semana siguiente su descenso a Segunda en Mestalla contra el Valencia (1-0) y, ya de nuevo en la categoría de plata, no ha sido capaz de imponerse en uno solo de los siete partidos que se han disputado de esta presente campaña. Ni tan siquiera en la Copa del Rey fue posible que el Tenerife ganara, pues en Elche y a domicilio también hincó la rodilla hasta decir adiós a su efímera andadura en el torneo.

Peores aún son los registros si se tienen en consideración sólo los compromisos a domicilio, una auténtica ruina, que durante el ejercicio anterior sólo venció en el históricamente propicio campo del Sporting.

A estas alturas del campeonato liguero, son cinco los tantos que ha marcado un Tenerife que sólo ha anotado más que los tres del Recreativo y la Ponfe. Por el contrario suma 15 tantos encajados en sólo siete partidos, que lo convierten en el equipo más frágil de la categoría.