De arquero a arquero. Confesiones del maestro para un discípulo al alza. Daniel Carnevali (Rosario, Argentina, 4-12-1946), operado hace una semana de su rodilla derecha, espera postrado en el sofá rojo de su residencia familiar en la avenida de Escaleritas. Tras el timbre, aparece la figura estirada de Mariano Barbosa (Lanús, Argentina, 27-07-1984). El presente se funde con el pasado más glorioso de la UD en un abrazo eléctrico. "¡Qué pasó Mariano!", espeta la leyenda. Barbosa, héroe ante el Betis y Villarreal B, le regala una caja de bombones. "Buenas, 'viejo".

Carnevali, que firmó en octubre de 1973 por la UD, regala elogios. "Llegó en un momento complicado, ya que había que revertir la situación tras el paso no muy afortunado de Fabián Assmann. Además, no lo tuvo fácil. De inicio, la grada le trató con recelo y justamente, en el día del debut, le pasó lo que le pasó (Barbosa despejó mal y el Nástic equilibró la contienda). Pero te supiste reponer; pediste el balón. Tu trayectoria ha sido ascendente".

El veterano, que coincidió con los argentinos Brindisi, Wolff y Morete en su etapa de portero en la UD, elude las comparaciones. "No es saludable mirar al pasado y tampoco al futuro. Acordarse de otros porteros no es justo. Mariano sólo lleva ocho partidos. Ojalá sea el meta del futuro. Pero no lo sé. Cuando despuntaba Santamaría, dije que sería una pieza importante y ya no está. Mariano aporta seguridad".

Y cuando aparece en escena la albiceleste. Barbosa, que estuvo en un Mundial Sub 20 con Argentina, desprende cautela. "Eso es apuntar muy alto. Apenas llegué a Europa acudí a un Mundial Sub 20 con Argentina. Luego jugué en Champions pero todo se valorará a final de temporada".

Carnevali, que estuvo en el Mundial de Alemania 1974 y fue internacional en 40 ocasiones, no ve tan descabellado el debut de Barbosa. "Todo futbolista lo tiene en mente. Él ha carecido de continuidad en los diferentes equipos que ha militado pero ahora sí la tiene. La gente se fija en él, lo están analizando".

UN consejo. Carnevali confía ciegamente en el éxito de Mariano Barbosa y solo le pide que "siga que como hasta el momento; no sólo en su rendimiento sino en sus declaraciones en la prensa porque estamos en una ciudad difícil. Debe poner la primera piedra y que todo salga bien. Mantener esa idea que profesa de trabajo y humildad. No hay otro secreto". El discípulo, que toma nota, recoge el guante: "Escucho al maestro porque los consejos son sabios. Yo seguiré trabajando y al final del torneo se recogerán los premios".

La adaptación de Mariano Barbosa al universo UD ha sido ejemplar. Carnevali no considera que sea por haber militado en el Villarreal (disputó 21 partidos en Primera) o Recreativo. "No creo en la adaptación de un fútbol a otro. Creo que es más determinante el saber acoplarse a nueva dinámica familiar, de amigos. En el fútbol, el cambio de latitud no influye. La identidad se mantiene cuando juegas con los pies o cuando sales de la meta. Y eso, este arquero, siempre lo hará bien".

Cuestionado por su mejor partido, Barbosa apunta al Manzanares. "Contra el Atlético y en el Calderón, perdimos 3-1 cuando militaba en el Villarreal. Llegaron 500 veces y tuve que multiplicarme. También recuerdo un partido contra el Real Madrid. Era el último partido de Zidane y me marcó al final de cabeza".

Carnevali cita un Paraguay-Argentina en territorio hostil que le llevó al Mundial. Además, un UD-Murcia que salvó la categoría. El muro amarillo prefiere valorar "trayectorias" que capítulos efímeros.

El maestro insiste en la importancia de la "continuidad" y en el valor de conquistarla por tus "méritos". Barbosa escucha con atención al portero de una UD de leyenda. La magia que alcanzó el subcampeonato de Copa y Liga inunda el salón. "Che, tuviste que conocer el Insular. Bárbaro. Vaya bombonera". Carnevali funde sus manos con las de Barbosa. Pasado y presente. Dos generaciones con un escudo insular.