El entrenador Diego Ojeda, desde hace cinco temporadas en el primer equipo del Rocasa Remudas, sabe que sus jugadoras tienen una gran responsabilidad en la Copa de la Reina que hoy comienza en el Pabellón Antonio Moreno, al tiempo que trata de quitarles presión porque ese ha sido un factor que les ha jugado malas pasadas esta temporada en la máxima categoría del balonmano femenino.

"Los equipos vienen a morir, a por todas. Se la juegan a un partido y ese es un factor que podemos aprovechar. La edición de este año se presenta incierta y para nosotros sería un gran premio ganar dos partidos, el umbral que tiene este club", comentó Diego Ojeda, que al mismo tiempo no oculta los problemas que han tenido esta temporada.

"El presupuesto es inferior, estuvimos en desventaja en la pretemporada y psicológicamente los nervios nos han jugado una mala pasada. Nos ha mirado un tuerto, porque tampoco hemos tenido suerte con los fichajes, y ahora que tenemos a Boskovic, se nos lesiona. Jugará la Copa, pero no sé cómo estará".

Ante esta tesitura, el reto es superar esta noche al Mónovar Urbacasa, un rival con el que ya perdieron en la primera vuelta de la Liga. "Tuvimos suerte en el sorteo y a un partido es complicado. Creo que podemos salvar este primer obstáculo. Todo dependerá de la mentalidad con la que afrontemos el partido", y para ello espera contar con el apoyo de la afición y el equipo sepa aprovechar su empuje basándose en una frase motivadora: "El público es un aliento especial que te impide jugar mal, porque son demasiados corazones jugando juntos".