Un viernes, el 25 de febrero de 1995, Pepe Rodríguez (Las Palmas de Gran Canaria, 1963) entró en el Libro Guinness de los récords. Su hazaña fue evitar que durante 1.274 minutos le metieran un gol, por lo que aquel día batía la marca mundial establecida por el portero del Atlético de Madrid Abel Resino, que a su vez se la había arrebatado a Manolo López, cuando jugaba en el Ceuta. Sin preverlo, el anónimo Pepe Rodríguez se convirtió en Superpepe, y el Estrella de Sardina del Sur, hoy en categoría Preferente, apareció en el mapa del fútbol nacional.

"Me llamó José María García y también José Ramón de la Morena para hacerme entrevistas", recuerda con orgullo Pepe Rodríguez, quien guarda en su casa decenas de recortes de periódicos de la histórica temporada del Estrella, que quedó campeón en Tercera. "García me tuvo a la espera todo el programa y me metió al final para chafarle la entrevista a De la Morena", señala el protagonista sobre la conocida guerra de las ondas, que vivía en aquellas fechas sus momentos más efervescentes.

"Al día siguiente, en El Larguero, De la Morena me conectó en antena al mismo tiempo que Abel Resino, a quien se le veía algo picado por haberle arrebatado el récord de imbatibilidad", rememora entre risas, al tiempo que señala que el guardameta del Atlético "le restó mérito al logro porque jugaba en Tercera División. Me pareció indecoroso viniendo de un profesional, no me callé y le dije que las porterías medían lo mismo que en Primera", explica Pepe Rodríguez, que en la actualidad trabaja como taxista en la capital grancanaria y en sus ratos de ocio entrena a los niños en el Veteranos del Pilar.

En el minuto 66 del partido Estrella-Artesano, de la temporada 1994-95, el colegiado Juan Moreno Reyes hizo un tiempo muerto en el encuentro. El árbitro paró la función y fue el primero en felicitar al portero por romper la marca de Abel Resino. "Hubo una traca de voladores de la peña Los Vikingos durante un par de minutos, fue muy emocionante, todo el mundo vino a saludarme, aunque el mérito fue compartido por todo el equipo", señala Pepe, antes de precisar que más de 2.000 personas se dieron cita aquella noche en el campo de Las Palmitas, que durante la temporada registraba asistencias superiores al millar de espectadores.

"Sólo tuve que intervenir una vez en ese partido y fue por una cesión de un compañero que fue algo comprometida", recuerda el ex portero, quien hace extensivo al cuarteto defensivo su logro. "Aún la gente en Sardina del Sur se acuerda de la defensa formada por Gustavo, Orlando, Antonio Manuel y Juan Antonio. Eran todos de la casa y unos excelentes futbolistas", subraya. En la página web del club también se le dedica un importante apartado a esta gesta.

Se rompe la marca

El récord de imbatibilidad de Superpepe se prolongó hasta los 1.521 minutos, es decir, durante 17 partidos consecutivos. "En ese periodo me paré tres o cuatro penaltis, me acuerdo que uno fue en el último minuto contra el Vecindario en un partido de máxima rivalidad en la zona", afirma Pepe Rodríguez, mientras sigue rebuscando recuerdos en un sinfín de cajas rodeadas de trofeos ganados en una modesta trayectoria futbolística donde llegó a Segunda B con el Telde, aunque también militó en el Unión Marina o Vecindario, entre otros clubes regionales.

"Fue el grancanario Francis Santana, que jugaba en el Salud Tenerife, quien rompió mi racha en la segunda parte en un partido jugado en el Heliodoro, al final acabamos en empate a dos. Hasta ese momento sentía tal confianza que parecía que nunca me iban a marcar", recalca Pepe Rodríguez.

A pesar de la gesta reconocida mundialmente, no hubo ofertas de clubes de mayor categoría. "Ya tenía 30 años, era veterano y había habladurías, pero no me llegó ninguna oferta en firme a pesar del éxito", cuenta el portero, quien dice que, en la actualidad, "con tanto representante quizá hubiera conseguido un equipo de mayor entidad". Hoy, 16 años después, su gesta sigue inmaculada.