Verano de 2001. Berdi Pérez, director deportivo del CB Gran Canaria por aquel entonces, elegía a Jim Moran, un alero de dos metros de altura y recién licenciado -con tan sólo 22 años- por la Universidad de William & Mary (Virginia), para completar el juego de perímetro de un equipo que, bajo el mando de Manolo Hussein, aspiraba a asentarse una temporada más entre los mejores de la ACB.

Casi 10 años después, en la primavera de 2011, Jim Moran ya es una figura eterna en la leyenda del Granca. Devorador de plusmarcas a título individual, su valor en la historia de la entidad claretiana supera cualquier cálculo estadístico: capitán -junto a su hermano Taph Savané- de la plantilla, referente dentro del vestuario y héroe venerado por la afición del Centro Insular de Deportes, donde este domingo -11.30 horas, ante el Blancos de Rueda Valladolid- disputará su partido número 350 en la ACB.

Una vida en el 'Granca'

Desde su debut, el 29 de septiembre en un partido ante el Tau Vitoria que el CB Gran Canaria ganó 2-0 en los despachos -por alineación indebida de Mindaugas Timinskas-, Jimbo Moran ha trazado una carrera solemne en el baloncesto español para ligar su nombre al del equipo amarillo. "No tenía ni idea, sinceramente no llevo el cálculo", se sincera el jugador estadounidense cuando se le indica que está a un solo paso de las 350 presencias en jornadas de la ACB y a ocho aciertos (324) de igualar a Jason Klein (332) como mejor triplista en la historia de la entidad.

"Nunca me fijo en las estadísticas individuales, siempre estoy pendiente de que el equipo gane partidos", apunta Jim Moran en una contestación tan sincera que define a la perfección su sentido de la colectividad, rasgo que ha elevado al Granca hasta la élite del baloncesto español. "Jamás pensé, cuando acepté la oferta del club, que estaría tanto tiempo aquí. Y no me ha podido ir mejor. He sido muy feliz todos estos años al jugar para este equipo, para esta afición y con compañeros increíbles".

Junto a Jason Klein, Taph Savané, Roberto Guerra, Gonzalo Martínez, Marcus Norris, Joel Freeland y el resto de jugadores que han defendido los intereses del equipo, Jim Moran ha gozado, durante la última década, de la mejor etapa del CB Gran Canaria a lo largo de su historia. "Sin embargo", añade el norteamericano, "tengo un reto que lograr con este club: superar una eliminatoria de Copa del Rey o play off, o meternos en una final de competición europea. Se lo debemos a nuestra afición y, con el paso de los años, cuando esté en Estados Unidos y me meta todos los domingos en la página web de la ACB para ver jugar al equipo, además de todos los buenos recuerdos que ya tengo, me gustaría poder rememorar una victoria así".

Con junio como fecha en la que expira su contrato, Jim Moran admite que "aunque ese asunto no centra mi día a día, es evidente que el futuro me preocupa". "Me gustaría", agrega, "seguir en la ACB y, sobre todas las cosas, hacerlo en este equipo, mi equipo, pero tengo 32 años y entendería que el club optara por gente más joven. Además, es probable que la entidad baje de nuevo su presupuesto, así que no sé qué va a pasar y, por lo tanto, sólo queda trabajar y mejorar mi rendimiento en beneficio del grupo. Hay que meter al Granca de nuevo en el play off". Palabra de Jim, palabra de leyenda.