Todos los jugadores que pertenecen o han jugado en el Lomo Blanco conocen a Rafael Santana y su esposa Juana Pulido, y mucho más su directiva, que quiso agradecerles a su manera los desvelos que tuvieron durante décadas con el ya desaparecido campo de fútbol del barrio capitalino. Son dos personas entrañables de 82 y 78 años de edad, respectivamente, que recibieron un homenaje este sábado en la nueva y modélica instalación que ha construido el ayuntamiento. Rafael y Juana recibieron una placa en la queda constancia su dedicación y cuidados al antiguo campo, así como un bello ramo de flores a su simpática esposa.

José Ruano Tejera, presidente del Lomo Blanco, estuvo acompañado por sus directivos Manuel Rodríguez Pérez y Francisco González, que organizaron este homenaje que se completó con un partido amistoso que disputaron los juveniles del club local, que milita en Primera, y el San Lázaro, de la 2ª Juvenil.

Fue el colofón a un sencillo y emotivo acto para recordar, en el caso de Rafael, a quien supo poner en vereda a muchos chiquillos y hacer de casi todo en un campo siempre bien cuidado y por el vio pasar a grandes jugadores. Para Rafael Santana y Juana Pulido, el merecido agradecimiento es de por vida.