Inexplicable es una palabra que, con frecuencia, se suele utilizar para definir algunas situaciones en el deporte. En habitual se ha convertido leer crónicas de un partido de fútbol o reportajes de un equipo de baloncesto en los que se califica como inexplicable algo que ocurre, que sucede en la realidad, pero que nadie sabe por qué.

"No me preguntes cómo, pero Juan Manuel Rodríguez va a sacar esto adelante", explicaba en petit comité hace pocas fechas alguien con despacho en la sede de la UD Las Palmas. La frase fue pronunciada poco antes de que se iniciara el partido entre el Real Betis y el conjunto amarillo, que los grancanarios perdieron por 4-1. Lo cierto es que las palabras pronunciadas por esa persona habían pasado como la típica afirmación de un optimista por naturaleza, tal vez más de lo que la realidad requería en ese momento. Sin embargo, tras esa derrota en la que Juan Manuel sólo había podido entrenar con la UD un par de sesiones completas, llegó la triunfal racha de cuatro victorias consecutivas y un empate que saca a los isleños del pozo. Antes, con Paco Jémez en el banquillo y un fútbol que despertó pasiones al inicio del campeonato, la UD encadenó catorce partidos sin ganar. Inexplicable.

Partido de Las Palmas en Los Cármenes, campo del Granada. La UD juega, por momentos, muy bien al fútbol, pero cuatro errores del guardameta Mariano Barbosa (cuatro en un solo partido que no había cometido en toda una temporada) acaban con la cabeza de Jémez tras una goleada por 5-2. También fue inexplicable ese partido. Y muchos otros de la era Jémez que la UD no ganó, no se sabe muy bien cómo.

Inicio de la presente temporada. El proyecto más austero de la etapa Miguel Ángel Ramírez, basado en cinco chicos jóvenes recién salidos del horno del filial, se presenta con más dudas que nunca y con la mente puesta en el sufrimiento de los puestos de descenso a lo largo y ancho de las 42 jornadas de Segunda división. Tras las cuatro primeras jornadas, la UD suma diez de doce puntos posibles y empiezan a sonar las campanas del ascenso. Bien es cierto que cuando se trata de lanzar las campanas al vuelo en torno al conjunto amarillo en esta tierra se pierde el norte, pero el inicio de temporada del entonces brillante equipo de Jémez vivía otra de esas situaciones igualmente inexplicables, en lo alto de la clasificación.

Las inercias

Cuando la UD ya pensaba en empresas mayores que salvar la categoría, con el sueño de pelear por el ascenso a Primera división, el equipo de Paco Jémez empieza a perder partidos por goleada y acumular empates. Cierto es que las lesiones de jugadores importantes de la plantilla y la venta de Cejudo al Osasuna contribuyeron, pero nadie acierta a explicar cómo el equipo pasó de un inicio prometedor a una continuación más que preocupante, que finalmente hicieron que en el club se tomara la decisión de cambiar al entrenador en medio de la mayor de las preocupaciones: el descenso.

Llega Juan Manuel Rodríguez a la UD. Instala su método, aguanta el tipo como puede en los primeros encuentros y gana dos partidos de una forma totalmente inexplicable, ante Albacete y Ponferradina, con el peor fútbol que se recuerda en mucho tiempo. Pero los gana, aunque tampoco se pueda encontrar una explicación a esas victorias. Cuando la guadaña del descenso más cerca del cuello de la UD se presumía, llega esta racha que coloca a los amarillos en una posición aparentemente relajada. Algo inexplicable y que hace un mes era más que una utopía.

CD Tenerife. Se conoce el calendario de Segunda de la presente temporada y sueña con celebrar un ascenso en el Estadio de Gran Canaria. Pero en la actualidad, una de las mejores plantillas de la categoría, sólo puede soñar con una cosa: celebrar... la permanencia. Y si es que llega a tiempo. Inexplicable.