Perdió la Unión Deportiva Las Palmas en Vallecas (2-0) y la derrota despejó, con una oscilación limpia y clara, el panorama para el equipo amarillo en lo que resta de curso: asegurar cuanto antes la permanencia en Segunda división. Cayó el conjunto grancanario ante un Rayo Vallecano superior, lanzado hacia el ascenso por una inercia casi imperial y por un puñado de futbolistas que, pese al caos económico que azota al club, se manejan sin vértigo por las alturas.

Empeñado en la carrera por el ascenso a Primera división, el Rayo Vallecano se puso mandón de entrada. Y en ese plan, de capataz del terreno, el equipo franjirrojo dispuso de la primera ocasión de gol nada más comenzar el encuentro. Pasó todo en un periquete, en un chispazo lleno de talento de David Aganzo. Pescó el delantero un balón en la frontal del área, tras un pase de Movilla, y con un solo movimiento, con un toque sutil, habilitó a Armenteros para la gloria: se quedó el atacante solo, dentro del área y de frente, ante Mariano Barbosa que, tremendo en la estirada, desbarató la jugada del Rayo.

A la UD Las Palmas, frente al despliegue ofensivo del rival, le dio por poner áspero el asunto. Ante la verticalidad del Rayo, el equipo amarillo impuso el orden. Atacó con todo el conjunto local, obstinado en dar un salto de categoría que casi acaricia. Cuatro victorias más aparecen en los cálculos del conjunto madrileño como depósito suficiente para subir y, con ese reto en el horizonte, el Rayo intentó amedrentar al cuadro grancanario.

Cerca del área de la UD Las Palmas, a la mínima ocasión, aparecían en sincronía, Aganzo, Armenteros, Trejo o Piti para poner en jaque a la zaga amarilla que, ante tanta amenaza, le dio por crecerse. Combinan bien, y de esa mezcla se alimenta en buena medida la reacción amarilla, David García y Lequi en el centro de la defensa. El primero, excepcional en todos los cruces, se complementó con el argentino, siempre bien ubicado. Entre los dos, en la primera mitad, se las apañaron para contener cada embate del Rayo.

Contaron, en la tarea de contención y aguante, con la colaboración de Pignol y Ruymán. Y, sobre todo, encontraron un inestimable apoyo, en parapetar su portería, en Pollo y Vicente, inasequibles en el centro del campo para sujetar a un Rayo más efusivo que productivo. Maniatado el Rayo, a la UD Las Palmas le dio por estirarse en ataque antes de llegar al descanso. Puso dinamita sobre el terreno de juego Juan Manuel Rodríguez para, al menos, generar más de un problema en la retaguardia local. Dispuso el entrenador grancanario a Sergio Suárez, a Pedro Vega, a Javi Guerrero y, sobre todo, a Jonathan Viera. Regresó al once titular el canterano, tras seis semanas de purga en el banquillo. Ansioso por querer desbordar en cada movimiento, sin chispa, el mediapunta pasó desapercibido por Vallecas.

Superioridad rival

Fue Pedro Vega, de libre directo y justo antes del descanso (min. 43), quien puso a prueba a Dani, portero local, que voló para evitar que el disparo del extremo zurdo se colara por la escuadra. El susto apaciguó los ánimos del equipo franjirrojo, pero fue sólo durante un instante, durante un santiamén, porque el Rayo Vallecano salió como una apisonadora, como un ventarrón imparable que, de tanto empujar, desniveló el terreno, con una pendiente a su favor, hasta la portería de Barbosa. De tanto acosar, el Rayo pudo derribar la resistencia amarilla en el minuto 57, tras decretar el árbitro, Sagués Oscoz, un agarrón de Pedro Vega a Armenteros dentro del área pequeña como penalti. Aceptó el reto Barbosa, ante Aganzo, y salió triunfador el portero argentino, que detuvo la pena máxima y que, encima, gozó con la fortuna al rechazar el palo el remate posterior de Armenteros.

No desfalleció el Rayo Vallecano, que empujó hasta encontrar el premio gordo en un remate de cabeza, impecable, de Aganzo (1-0, min. 61). Y, encarrilado el asunto, el equipo franjirrojo también lució pulso y tino para meter en formol el partido. Reculó líneas hacia su portería y cedió la iniciativa a la UD Las Palmas, que aceptó el reto. Metió más metralla Juan Manuel Rodríguez en el terreno de juego. Indultó a Guayre, dispuso a Quiroga y buscó desborde con Quero, pero el Rayo apenas sufrió y con el tiempo cumplido amplió su botín gracias a una contra culminada por Delibasic, para sumar tres puntos que le acercan a la tierra prometida: la Primera división.