Alberto Contador (Saxo Bank) trata de compartir la presión con sus rivales directos, los italianos Vincenzo Nibali (Liquigas) y Michele Scarponi (Lampre) y el ruso Denis Menchov, pero su condición de favorito es inevitable antes del inicio de la 94 edición del Giro que se lanza éste sábado con una cronometrada por equipos entre Venaria Reale y Turín.

El corredor madrileño, de 28 años, vive un paréntesis mientras el TAS estudia los recursos de la UCI y la AMA sobre su absolución por un presunto positivo en el pasado Tour, pero asegura que está centrado en su objetivo de reeditar el triunfo de 2008 en un recorrido "increíblemente duro" que marcará la carrera en la última semana.

Contador conoce la presión, ya convivió con ella, comentó, en la tormentosa relación con Lance Armstrong en el Tour 2009, pero prefiere pasar la responsabilidad a Nibali y Scarponi, que "se juegan más" o a Menchov, cuyo equipo, el Geox, no estará en el Tour.

El ciclista madrileño se presenta avalado por cinco victorias en sus últimas participaciones en las grandes por etapas, su dominio en la presente temporada con seis victorias y un recorrido idóneo para escaladores de su condición.

Sus rivales admiten el potencial de Contador, pero este Giro que celebra los 150 años de la unificación de Italia ha dibujado un recorrido "inhumano", según algunos ciclistas, capaz de deparar sorpresas, en una prueba de subsistencia que obligará a los 207 corredores de los 23 equipos participantes a sufrir hasta el último metro.

Italia vive con pasión su carrera, y se apasiona con sus ídolos. Todos los aficionados sueñan con que sus ciclistas opongan seria resistencia al triple ganador del Tour. En este debate, las miradas se centran en Vincenzo Nibali, el jefe indiscutible del Liquigas en ausencia de Ivan Basso, último ganador.

"Canibali", de 26 años, llega sin victorias, pero tiene en su palmarés la Vuelta 2010 y el tercer puesto en el pasado Giro. Y en el Tour ha sido séptimo. Un ciclista en progresión que se ha concentrado en exclusiva para triunfar en casa, y nunca mejor dicho, porque "El Tiburón del Estrecho" de Messina tendrá una etapa con final en el Etna ante su afición. Un estimulo más el italiano, que se niega a firmar el segundo puesto.