La feria de los play off regresa puntual como cada curso al Centro Insular de Deportes con una eliminatoria que no tiene pinta de acabarse este mediodía, como ocurre todos los años. Las sensaciones dejadas por el Gran Canaria 2014 y Caja Laboral en el Buesa Arena amplían los horizontes de la serie hasta su extremo, es decir, hasta el próximo martes en Vitoria.

Para los amarillos no emana de este segundo enfrentamiento un sentimiento de final trágico antes de tiempo, porque fueron un puñado de detalles los que dilucidaron el triunfo para los basconistas en el primer compromiso. Ahí es donde establece el entrenador Pedro Martínez su punto de arranque para lograr igualar la adversidad del tanteador.

Si bien es cierto que fueron los detalles los que cambiaron el rumbo de los acontecimientos el viernes, estas circunstancias no son ni mucho menos de bajo calibre. Parar los triples de Mirza Teletovic, frenar la dirección de Marcelinho Huertas o evitar las acciones de Fernando San Emeterio no se llevan a cabo con el solo propósito de decirlo, por ello la dificultad del encuentro es máxima, aunque pueda parecer que todo está en la mano del Gran Canaria, con el auxilio de una afición que hoy reventará las costuras del pabellón de la avenida marítima.

A ese poder de intimidación de la grada se entrega el grupo de Pedro Martínez, quien ya deslizó en Vitoria un cuestionamiento más o menos explícito a la labor arbitral. El técnico siempre deja entrever que las decisiones que parecen invisibles marcan el desarrollo de los encuentros. "Tenemos que rezar a todos los santos para ver si en el próximo partido los tiros libres están más equilibrados", apuntó en la comparecencia pública tras el duelo celebrado en el Bruesa Arena, lo que en la práctica supone un queja soterrada sobre las decisiones de Amorós, Pérez y Martínez.

Amordazado Carroll por el sistema defensivo y obsesivo de Ivanovic, llega el momento de los apóstoles, ese ramillete de jugadores que destacan sin distinción cuando el escolta norteamericano se encuentra bajo una vigilancia propia de un presidio de alta seguridad. El otro día salieron a relucir Moran, Bellas o Nelson, pero de la misma manera se puede esperar que descollen otros considerados de puertas a fuera como actores secundarios.

De igual forma, Baskonia tampoco es solo Teletovic, por más que el bosnio encuentre en el Gran Canaria a su enemigo más franco y percuta una y otra vez más allá de la línea de 6,75 sin solución de continuidad. Entre bambalinas pueden surgir el tal Palacio, Barac o el desaparecido Batista.