No hacía falta conocer la dirección exacta del Begin Bar en Guanarteme. Los gritos de los aficionados servían de señal acústica inequívoca que guiaba hacia un lugar en el que el primer duelo del play off entre Caja Laboral y Gran Canaria se estaba viviendo al límite y con toda la pasión que requiere un encuentro de este rango. No eran muchos, pero la afición no estaba dividida ni en los peores momentos. "Teletovic nos está fundiendo. Queda mucho partido, pero hay que defender más si queremos ganar", decía casi gritando Jorge Barrera, uno de los 50 hinchas congregados para ver el partido por la pantalla gigante del local. Todo un lujo.

Más caliente estaba Heriberto Montesdeoca, envenenado con un árbitro en concreto. "Amorós lleva debajo de su camisa otra blanca, la del Caja Laboral. Hay muchos intereses creados. No confío que el Granca pase", declaraba pesimista al final de la primera parte.

"Depende de cómo salgamos nosotros. No hay que perder tantos balones si queremos hacer algo", aseguraba Carlos Díaz, mientras volvía rápido a su sitio para seguir viendo un partido que deparó fuertes emociones en la segunda parte.

Y tantas, que el griterío se convirtió por momentos en cánticos de euforia el "¡Si se puede!" repetido una y otra vez sólo pudo ser frenado por los triples de Teletovic, la pesadilla del Granca. De la emoción a la decepción cuando la diferencia a favor de los de Ivanovic volvía aumentar. No por ello las mejores jugadas del Granca dejaron de ser vitoreadas, como si de un gol en una gran final se tratara, y así hasta vivir momentos de locura. Hubo hasta quien intentó recoger un rebote. Menos mal que no brincó encima de la mesa. Hubo nervios, 'dedicatorias' a los árbitros y la cerveza corriendo porque el calor del Buesa Arena se teletransportó al Begin Bar. El partido estaba en su momento culminante y sólo cuando no entró el triple de Carroll volvió la tranquilidad.

"El equipo dio la cara. La defensa del Caja paró a Carroll y nada se pudo hacer con Teletovic", resumió Jorge Barrera.

Carlos Díaz se resignó por ahora. "Nos mataron los triples, pero el domingo vamos a ganar y el martes a luchar".

"Hoy escaparon locos. Deja que vengan el domingo. Van a conocer color", dijo Heriberto al referirse al Caja Laboral.

Una fiesta que estuvo cerca de concluir en un fiestón. No hubo mal rollo por la derrota y sólo un ligero regusto amargo, sobre todo porque Sergio Macías estuvo a un paso de invitar a una ronda, pero el Granca no ganó. Otro día será. El ¡sí se puede¡ sigue vigente.