Nar Zanolin, secretario general de la FIBA Europe, máximo estamento internacional y que estos días visita al Clinic de árbitros que acoge la isla, quiere apostar por el proyecto científico de Gran Canaria. Su intención es crear un centro de desarrollo de tecnología y herramientas para el deporte, FIBA Tecno Center, pero se ha cansado de esperar.

"A mí me gustaría hacer este centro aquí, es mi prioridad ya que aquí es en donde nació y donde ha crecido, tanto la idea como su resultado que ya empieza a aplicarse en el deporte internacional, pero para esto necesitamos que el gobierno se ponga, que diga que también lo quiere y que está dispuesto a colaborar", afirmó ayer.

Sin una respuesta concreta tras un año de conversaciones y ante el interés mostrado por José Luis Sáez, presidente de la Federación Española de Baloncesto, de asentar el proyecto científico en Alcobendas, todo está en el aire y Gran Canaria puede perder la oportunidad de liderar la mayor apuesta de investigación e innovación iniciado por el máximo organismo internacional del baloncesto en el apartado de lo tecnológico.

"Llevamos una año de conversaciones y ahora corremos el riesgo de que nos roben las herramientas creadas al no tener una empresa con la que patentarlas, por eso necesito tomar una decisión y la tomaré a final de este mes", anunció éste, para añadir, "Realmente a mí me da igual ya que tengo a mucha gente peleando por conseguir este proyecto pero me daría pena que no se hiciera aquí cuando es aquí donde ha nacido".

FIBA Tecnocenter es un proyecto único en el mundo que nace a partir de la experiencia y el éxito de los resultados en la colaboración suscrita, bajo la dirección del que fuera árbitro internacional Miguelo Betancor, actualmente jefe de operaciones de FIBA Europa, entre la Universidad de Las Palmas y la estructura europea de la FIBA. "Hemos tenido mucho éxito con el acta digital, una herramienta que este verano utilizará la selección española, al igual que se adoptará en la liga alemana, la Federación Internacional de Balonmano, y con interés por parte de federaciones francesas y rusas. Además tenemos el programa Observer y muchas ideas más, todas desarrolladas por canarios", explica Nazorin. Pero para que el proyecto se consolide en la geografía insular necesita constituirse como empresa dentro del marco de la zona especial canaria y para ello requiere del apoyo y la colaboración de alguna institución política. "El coste no es elevado y llevaríamos la marca de Gran Canaria por el mundo", explicó ayer éste. "Es la hora de decidir".