El Real Betis, que desde hace varias semanas ya había certificado matemáticamente el retorno a Primera tras dos campañas en Segunda, ha cerrado la temporada con una victoria por 2-1 ante el Villarreal B y con ella ser el campeón de la categoría de plaza del fútbol nacional.

El Betis necesitaba vencer para no depender de lo que hiciera el Rayo Vallecano y asegurarse el título de campeón y no falló en su encuentro ante el filial del Villarreal, que se adelantó en la primera parte con un gol de Joselu pero que encajó en la segunda mitad los tantos de la remontada bética, obra Rubén Castro e Iriney.

Aunque la primera ocasión fue para el Betis, merced a un disparo de Beñat que se le envenenó a Vicente Flor, quien tras la pifia pudo atajar el balón en dos tiempos, los minutos iniciales estuvieron marcados por un claro dominio visitante.

Castellani movió la pelota a su antojo y Joselu puso en muy serios apuros a Casto, que impidió con dos paradones a sendos disparos del delantero que los de Molina se adelantasen.

En el minuto 18, sin embargo, el guardameta bético no pudo impedir que el insistente Joselu remachase a la red un rechace suyo tras cabezazo de Airam a la salida de un córner.

Con los amarillos en ventaja, los porteros continuaron siendo protagonistas. En el minuto 23, Casto voló hasta la escuadra para sacar un libre directo lanzado por Marquitos, y el 29, Vicente Flor impidió que Rubén Castro empatase al sacarle un mano a mano a Rubén Castro.

El delantero canario insistió en los primeros compases de la segunda parte con un disparo lejano que detuvo Flor y un cabezazo que se marchó por poco, pero sí logró marcar al rematar picado un preciso centro del portugués Miguel Lopes desde la derecha.

Casi sin solución de continuidad, el brasileño Iriney robó un balón en la zona de medios del filial, regateó a Llorente e hizo el segundo gol local con un disparo seco desde 25 metros que entró junto al palo izquierdo.

La consumación de la remontada desmoralizó al filial amarillo, que ni siquiera tuvo el reflejo de irse en busca del empate en la media hora final, que transcurrió plácidamente entre el jolgorio de una afición, la verdiblanca, que hoy se ha despedido de la Segunda División.