Con las manos entrelazadas, en forma de plegaria, María del Carmen Delgado, fiel a su Unión Deportiva "desde los tiempos de Tonono, que en paz descanse", invocaba un milagro cuando, a dos minutos del 90, Jonathan Viera obró el prodigio.

En ese momento, cerca de 10.000 gargantas acompañaron a la de Mari Carmen en un aullido de gol, seguido por un abrazo de amigo al otrora desconocido y culminado con un suspiro de alivio. Ayer, el Estadio de Gran Canaria, con un tercio de su aforo teñido de amarillo, recuperó la alegría del fútbol con la emoción y la intensidad propia de un final de infarto y cuando el empate y las prisas llevaban a muchos a encaminarse resignados a los aparcamientos. Al salir, todo eran sonrisas. "Siempre Jonathan Viera, siempre Jonathan", le repite Manolo Álvarez a su hijo Pablo que a sus ocho años ya acumula unas cuantas temporadas.

Mientras, en la grada de Tribuna, Antonio Enrique Montenegro, con un ojo en el reloj, se adelanta con gestos a cada pase y grita cuando ve un espacio libre o un jugador solo. Su criterio se basa, primero, en sus años como portero del Ferreras, el Estrella Blanca, el Hespérides y hasta de una selección juvenil de los años 60. "Yo no soy partidario de este esquema", asegura antes de explicar: "A mí me gusta más cuando al fútbol se juega al raso y con buenos pases a los extremos, algo que no estamos haciendo mucho".

El segundo de los fundamentos que acredita a este aficionado son las conversaciones familiares que sostiene con su yerno, David González, al que tiene por un hijo más. "No ha sido el mejor de sus días pero es lo único que tenemos para sacar el balón con criterio", afirma.

"Todo cambia con el gol", reconoce al tiempo Paco Luis de León, antes de confesar el buen montón de nervios que había dejado en 88 minutos de juego. "Aquí lo que interesa es ganar, del resto, en un par de días, nadie se acuerda", señala Paco Ramos, que además añade:

"Ha habido dos partidos; uno hasta el minuto 17 y otro después de la expulsión y la verdad es que en ambos el equipo ha jugado".

Roja al árbitro

Entorno a la actuación del colegiado, Amoedo Chas, la opinión de la afición es unánime. Se ha cargado el partido", declara Paco Luis de León. "Se lo ha cargado", secunda Manolo Álvarez. "Menos mal que al final se ha hecho justicia", resume José Luis Cabrera, antes de señalar: "La verdad es que el otro equipo no ha hecho nada para ganar".

Mientras, en el examen de la afición el equipo de Juan Manuel Rodríguez aprueba con nota. "El partido ha sido complicado y haberlo sacado adelante con uno menos tiene su mérito", puntualiza José Luis. El análisis general la grada es positivo; los cambios de cromos realizados por la dirección deportiva del club de Pío XII mejoran la prestación del equipo al tiempo que dispara las ilusiones. "Tenemos mejor equipo y entrenador que el año pasado, yo espero vivir este año una promoción. Si no, por lo menos no pasar tantos apuros como en la última temporada", afirma, a su lado, Paco Luis. "Me parece mejor bloque que el del año pasado", opina Miguel Ángel Suárez, abonado de Tribuna, que añade: "Aunque tenemos un hueco en los centrales, Corrales mejora mucho al equipo y, cómo no, esperamos mucho de Vitolo y Viera".

"Este año podemos hacer algo grande. ¿Por qué, no?", se pregunta Rayco Benítez. "Jonathan y Barbosa han sido los mejores", añade Nelson Falcón mientras se retira a por su vehículo. "Corrales es un buen jugador y Portillo tiene que explotar. Pero yo creo que hay que tener los pies en el suelo. Yo simplemente espero no pasar muchos apuros". La liga arranca con una sonrisa en la afición amarilla, esa que encontró en el gesto de Viera una razón para soñar con un año de fútbol y abrazos de gol.