- La crítica y el público le aplauden pero, ¿cómo se ve desde dentro?

- Todo está saliendo muy bien. El grupo es lo que más te ayuda a que las cosas funcionen y ahí no hay quejas. Esta semana nos toca jugar cada tres días y la recuperación tiene que ser perfecta con masaje, hielo y demás porque la exigencia es mucha. Es difícil aguantar tanta intensidad y los ritmos que se manejan en esta categoría.

- Tiene pinta de ser un futbolista que va a jugar más de 35 partidos en la Liga.

- Lo tengo asumido. El año pasado ya jugué 44 partidos sumando la Liga, Copa del Rey y promoción de ascenso. Estoy acostumbrado a la carga de partidos, pero no a tanto nivel. La exigencia es diferente en Segunda y hay que cuidarse bastante para llegar fresco.

- Su posición de pivote defensivo exige un despliegue físico generoso.

- El trabajo es diferente dependiendo del equipo al que nos enfrentemos. Algunas veces hay que esforzarse mucho más porque el rival es más ofensivo y, otras, tienes la posibilidad de tener más el balón e irte al ataque. Frente al Alcorcón tuvimos el balón durante bastante tiempo, pero ante el Celta, Almería o el Elche tuve que fijar más mi posición en el campo.

- Su compañero Diego Herner dice que usted es el termómetro del equipo, si corre mucho es que las cosas no van demasiado bien...

- Diego me dice que no me mueva mucho de la zona de medios, que no corra para todos los lados. A veces hay que correr mucho porque estamos todos separados, pero ante el Alcorcón creo que dosificamos mejor en otras ocasiones. Estuvimos juntos y eso se nota.

- ¿Le falta a la Unión Deportiva dominar mejor los partidos en el estadio de Gran Canaria?

- Todo depende de la confianza que haya durante el partido. A medida de que salen cosas bien, se intentan otras nuevas. Intentas regatear, dar pases en profundidad... y si pierdes la confianza o estás fallón, toda la perspectiva cambia.

- ¿Cómo vio las variantes tácticas frente al Alcorcón?

- Los teníamos estudiado. Sabíamos que tenían problemas por las bandas, por eso nuestros laterales subieron con asiduidad. Nos dejaron jugar más que el Elche, que no paraba de hacer faltas. El Alcorcón nos dejaba tocar y controlar.

- Al principio de Liga cortaba y entregaba la pelota, pero ahora se le observa más iniciativa ofensiva en el juego.

- Me estoy asentando a la categoría. Es importante la confianza que me da el grupo. Antes cortaba y entregaba; ahora, ya recibes, hago cambios de orientación, arriesgas en pases... Todo es fruto de la confianza que me da el entrenador.

- ¿Qué podemos esperar de la UD esta temporada?

- Tenemos un potencial enorme, un grupo de futbolistas muy jóvenes con mucho futuro. Ahora lo principal es la permanencia y hay que tomarse las cosas con calma.

- ¿Es mucho soñar verse en el Bernabéu o Camp Nou la próxima temporada?

- (Risas) Sí, todo el mundo sueña con ser un nuevo Levante. Si conseguimos la permanencia antes de lo previsto, ¿por qué no se puede llegar a más? Hace falta tranquilidad, porque hay que mirar al Salamanca cómo estaba el año pasado a estas alturas y ahora dónde está. Debemos amarrar los puntos de casa y tener una progresión de menos a más con un final de Liga muy fuerte.

- Eso queda aún lejos, más cerca, el sábado les espera el Real Valladolid.

- Tienen gente de calidad, van a estar en la zona alta y van a luchar por los play off. Tenemos que tener cuidado con jugadores como Sisi, muy técnico, que se mete en el centro y complica las cosas. Ya los estudiaremos y sacaremos sus puntos débiles para contrarrestarlos.

- ¿Para cuándo un gol?

- No suelo meter muchos goles, pero los que meto son importantes [risas].

- Entonces, esperamos a final de la Liga, al ascenso...

- Ojalá sea el gol del ascenso.