Bozidar Maljkovic no necesita presentación en el universo de la canasta. Sirvan dos apuntes aclaratorios para situarlo en el mapa del baloncesto: fue técnico de la mítica Jugoplastika de Split con unos imberbes Toni Kukoc, Zan Tabak y Dino Radja y cuádruple triunfador en la Copa de Europa (o Euroliga, según el momento).

Es fácil convenir que el entrenador del adversario de esta noche del Gran Canaria 2014 es mucho más popular que su equipo, el Lokomotiv Kuban, y bastante más que un ramillete de norteamericanos con pasaportes variopintos como Blackney, Massey o Chalmers, que completan la plantilla junto a jóvenes talentos rusos. KC Rivers, su estrella, lleva un par de semanas en el dique seco y no vendrá.

La Eurocup, que esta noche comienza en el Centro Insular de Deportes (20.30 horas), siempre es una aventura para el Granca, que superó con solvencia la fase previa de la competición. En ocasiones se convierte en una vereda estrecha por una nomenclatura de orígenes bárbaros, donde se entrecruzan conjuntos exóticos y jugadores con experiencia mercenaria, que emigran sin escrúpulos de oeste a este y de norte a sur a la búsqueda de los dólares.

No han sido pocas las ocasiones que los amarillos han encontrado bálsamo de sus dolencias domésticas en el viejo continente frente a rivales con nombres que contienen naftalina como este Lokomotiv Kuban, tercero en la edición anterior de la competición rusa, regada generosamente por el dinero de los magnates del gas y del petróleo.

Necesidad

Esta noche, es una de esas ocasiones donde se impone la victoria para serenar los fantasma, que han llegado por toneladas en el tramo inicial. El grupo de Pedro Martínez se encuentra en estado de necesidad, en un momento crucial, donde necesita confirmar que el camino encontrado en la victoria frente a Bilbao Basket atrae éxitos.

Más allá del rival, de los triples que puedan enchufar gigantes blanquecinos o la percusión de los americanos, al Gran Canaria le interesa su propia versión. Aclarar su identidad como grupo para salvar el primer escollo europeo, para superar al mito Maljkovic, que bien conoce el agrio sabor de la derrota en La Roca ya sea con el FC Barcelona, Real Madrid, Baskonia o Unicaja Málaga.