"Debemos ser disciplinados para robar la pelota. No lo dejes pasar". Las voces de Juan Manuel Rodríguez, desde el césped a sus hombres, se oían ayer en cualquier punto del estadio de Gran Canaria, ya se estuviera en las pistas de atletismo o en la parte alta de Tribuna. El entrenador de la Unión Deportiva dedicó la última media hora del entrenamiento a adiestrar a sus futbolistas sobre la presión al contrario en su propio campo. "Tenemos que hablarnos, que comunicarnos más", enfatizaba el técnico, que subió no sólo el tono de voz sino también el nivel de exigencia de la sesión preparatoria, que se prolongó más allá de las dos horas y media.

Con la plantilla profesional divida en dos equipos sobre el terreno de juego, el ejercicio tenía como objetivo ahogar la salida del balón del contrario en su propio campo. El preparador mostró su versión más exigente para reclamar mayor intensidad y atención en los movimientos colectivos. "Si el mediocentro presiona, también debe acompañar la defensa", insistía Juan Manuel, que recalcó con enérgicos movimientos con los brazos las instrucciones hacia sus jugadores.

Nadie escapó a su reprimenda u observación. Durante treinta minutos paró, corrigió y volvió a ensayar, bajo unos rayos de sol inclementes. "Tenemos que avanzar en la misma dirección, todos juntos", dijo el técnico, alzando de nuevo la voz para que ningún elemento quedara sin escuchar sus exigencias.

En el fondo de este empeño por perfeccionar la organización del juego defensivo se encuentra el partido de mañana frente al Villarreal B, a partir de las 20.00 horas en el recinto de Siete Palmas. "Al filial le gusta tener la pelota", precisaba Vicente Gómez, que ayer compareció en la sala de prensa del estadio. "Hemos trabajado varios aspectos en este entrenamientos, estuvimos incidiendo en la presión. Intentaremos quitársela y tenerla nosotros para poder marcar", advirtió el medio.