Esclavos de acero en el paraíso de las escaleras. La primera edición de la Canarias Vertical Run, que se inicia hoy desde las 17.00 horas en el edificio Woermann de la capital grancanaria, cuenta con dos especialistas a nivel mundial.

Ángel Llorens Zafra (Cuenca, 40 años) e Ignacio Cardona Torres (Alicante, 37 años) están en todas las quinielas para la victoria. Un esfuerzo que en su caso será doble: competirán en la modalidad de bomberos [con la equipación de los apagafuegos, que pesa 25 kilogramos] y luego con el resto de los atletas.

La cita, en las dos modalidades, cuenta con 150 inscritos y un desafío. Se busca a un competidor con alma de ascensor.

Llorens es un titán y ha conquistado los títulos en las pruebas de kilómetro vertical de Gandía y Maxis del Toro. Fue el mejor en la subida al Gran Hotel del Grupo Bali (Benidorm). Acepta el reto de subir el Woermann con el traje de bombero. "Será una prueba exigente ya que te condiciona de forma importante por el calor y la dificultad pero también será hermoso", concreta con determinación.

Por su parte, Cardona ya sabe lo que es conquistar el cielo de hormigón ataviado con el traje y el casco. "Mi primera y por ahora única vez fue en Barcelona; le puedo asegurar que no será fácil hacer un gran papel. Somos conscientes de que el nivel que hay en Gran Canaria es alto", argumenta un coloso que se alimenta de retos. El alicantino fue tercero del mundo en 2010 y cuarto en 2011. Patrocinado por Quiromax y Running Team Tot Trial, el Superman de Alicante revela su truco para tocar la gloria en el planeta de las escaleras y barandillas. "Cada uno debe adoptar su técnica; no hay una receta universal. Una de las máximas figuras del planeta valoraba que reservaba su potencial e iniciaba la subida de escalones con un pie diferente por planta. Pero cada uno tiene su libro de estilo; sin obviar la fortaleza mental. Debes ir a tu ritmo y ser fiel a tu capacidad. No puedes exigirte demasiado", determina el coloso. La circunstancia de competir con doble ración, con un descanso de media hora entre prueba y prueba, no amilana el corazón de los gladiadores. "El tramo más complicado será el descansillo; las piernas te fallan y no puedes confiarte", advierte Llorens, que está patrocinado por la firma deportiva Asics.

Cámaras y un microchip

La Canarias Vertical Run cuenta con un dispositivo técnico de vanguardia. El recorrido de los atletas por el edificio -los favoritos emplearán unos 4 minutos en completar la prueba- se podrá seguir por televisión interna. La organización ha colocado casi una decena de cámaras para presenciar al detalle la progresión de los competidores.

Además, la organización conoce con todo lujo de detalles la evolución de cada atleta. Los competidores portan un microchip que irá en su calzado.

Pero además de los 415 escalones, los atletas deberán cumplimentar un recorrido llano -el tramo inicial- e iniciar la escalada desde el garaje del Woermann. Cada competidor partirá con 2 minutos de diferencia.

En la azotea del edificio, la organización ha colocado el único punto de avituallamiento. Está prohibido subir con cualquier tipo de bebidas en el traje. Por otra parte, sí se puede recurrir al empuje musical con un dispositivo walkman o ipod.

El alemán Thomas Dold, que se coronó el pasado miércoles en la mítica subida del edificio Empire State de Nueva York, empleó diez minutos para subir a la meca del Vertical Run. Cardona aplaude la conquista pero sueña en colocar su bandera. "Nueva York es la gran referencia pero Las Palmas de Gran Canaria tiene su sello. Ojalá disfruten con una práctica que gana adeptos", finaliza Cardona. Los ascensores isleños están en peligro de extinción.