Con todos los focos sobre Sitapha Savané, a un solo punto de agigantar su leyenda para convertirse en el máximo anotador en la historia del club, el Gran Canaria 2014 dio ayer una lección de equipo para ganar al Lucentum Alicante (61-53). Desde la solidaridad, con la colectividad como método para levantar una defensa impenetrable, inmensa, el conjunto de Pedro Martínez liquidó al cuarto clasificado de la Liga Endesa, que se presentó en el Centro Insular con la bandera de grupo revelación del curso y que, pese a todas las dificultades con las que se topó, se mostró como un rival duro de pelar, como un adversario que sólo se resignó a caer cuando era ya un suceso inevitable.

Ganó el Granca, para sumar su octavo triunfo de la temporada, porque saltó al parqué a todo gas. Con máxima precisión, como en una máquina donde todas las piezas encajan para liberar el siguiente movimiento, el equipo claretiano realizó un trabajo fino en el primer cuarto, faena que le permitió marcar distancias con el Lucentum Alicante y despejar el camino que llevaba hacia la victoria.

De entrada, sin rodeos, el Gran Canaria 2014 liquidó el asunto de Taph Savané para que el tema no se convirtiera en una distracción. El pívot sólo tardó 42 segundos en anotar una canasta que le reserva un lugar privilegiado de la historia del club. Tras ocho años de militancia en la entidad, en la hoja de servicios del jugador senegalés relucen tres registros: el de máximo anotador (2.420 puntos), el de máximo reboteador (1.226 capturas) y el de máximo taponador (271) de un equipo que, en su ADN, lleva un gen que identifica todas las virtudes del propio Savané.

Profesional, elegante, perseverante, atlético, con talento y enorme en defensa. Características todas que sirven para definir a Taph Savané, propiedades que valen para resaltar las excelencias del Granca durante los últimos 16 años y que ayer se convirtieron en las singularidades que guiaron al equipo amarillo, durante los diez primeros minutos del encuentro, ante el Lucentum Alicante.

Progresión del grupo

Empequeñecido por mil dudas tras los primeros meses de competición, el Gran Canaria 2014 ha endurecido su confianza las últimas semanas a través de la defensa. De tanto trabajar, de tantas horas de ensayo y error en cada sesión de entrenamiento, Pedro Martínez ha vuelto a dar con la tecla para convertir a su equipo en una roca. Y a partir de ahí, de la dureza para defender el aro propio, crece un grupo que apunta hacia una progresión constante para el tramo final de la temporada.

Presión sobre Pedro Llompart, obstrucción sobre las líneas de pase e intensidad defensiva en la pintura sobre Kaloyan Ivanov y Lamont Barnes. Con esas premisas, el Granca se lanzó a la yugular de un Lucentum Alicante bloqueado por completo ante tanta fogosidad. Un parcial 12-4 obligó a Txus Vidorreta, técnico visitante, a solicitar un tiempo muerto para detener el meneo. El recurso, sin embargo, fue insuficiente para detener a la versión más dinámica, más fresca, del Gran Canaria 2014, tan capaz de proteger su canasta con fiereza como de picar con saña y fluidez el aro rival.

El Lucentum Alicante, sostenido por el tesón de Kaloyan Ivanov -MVP de lo que va de ejercicio en la ACB-, cerró el primer cuarto totalmente colapsado y con síntomas claros de desesperación tras anotar sólo 11 puntos (21-11). Ante un panorama tan desolador, Txus Vidorreta mandó parar para reiniciar todos los sistemas operativos.

Todo empezó por la defensa. Con Mohamed Koné en pista, el Lucentum Alicante ganó en intensidad e intimidación para frenar el paso del Granca. Y en ataque se entregó a Kaloyan Ivanov, una pesadilla para toda la rotación interior local.

Pese a mejorar en casi todo, pese a imponerse en el segundo parcial (12-15), el conjunto de Txus Vidorreta alcanzó la mitad del camino por debajo del Gran Canaria 2014 en el marcador (33-26, descanso) hipotecado por las pérdidas de balón. Hasta en 13 ocasiones el Lucentum Alicante cedió la posesión de la pelota. Y ante semejante regalo, el equipo claretiano explotó esa debilidad para anotar canastas fáciles y tomarse un respiro cuando más apretaba el adversario.

Maniatar a Ivanov

Con el marcador bajo control, con el motor a pleno rendimiento, el Granca ajustó algunos movimientos tras el descanso para sembrar un poco más en busca de la victoria. Fue en el momento en el que la figura de Juan Palacios se elevó sobre el resto.

El ala-pívot colombiano, bajo sospecha desde las primeras jornadas, empieza a encajar en la ACB. Tras destacar en la LEB Oro las dos últimas horas, el jugador de Medellín ha dejado atrás todo síntoma de ansia o precipitación en su año de debut en la competición. Bien encajado en los sistemas, con un rol ascendente en el equipo, la eficiencia de Juan Palacios comienza a ser muy concreta. Y, sobre todo, muy sutil.

Máximo anotador del encuentro, con 13 puntos y buenos porcentajes de tiro (50% en lanzamientos de dos y 60% en triples), Juan Palacios fue determinante desde la defensa. Convertido Kaloyan Ivanov como una clara amenaza tras sumar 10 puntos en los dos primeros cuartos, el ala-pívot colombiano mutó para convertirse en la sombra del jugador búlgaro.

Firme, con más empeño que nadie, Juan Palacios se comió al MVP de la ACB en la segunda mitad. Acompañado todo el rato, sin un instante de tregua, sin un centímetro de espacio, Kaloyan Ivanov sólo anotó un punto en toda la segunda mitad. Fue al término del tercer cuarto, tras convertir un tiro libre.

Maniatada la referencia del Lucentum Alicante, alcanzar la victoria exigió un último esfuerzo colectivo del Gran Canaria 2014. Tuvo que contar el equipo de Pedro Martínez con todos sus recursos para ganar. Contaron los minutos (16) de calidad de Taph Savané, fuerte en defensa sobre Lamont Barnes y ágil en ataque (8 puntos). Sumó la intimidación de Xavi Rey (10 puntos) bajo los tableros. Contribuyó el descaro de Óscar Alvarado para aligerar la ofensiva. Importó todo lo bueno y mucho (seis puntos y cinco rebotes) que puso Javier Beirán en cada aparición sobre la pista. Aportó la anotación de Michael Bramos (9) y Marquez Haynes (5) desde el perímetro. Valió su peso en oro la defensa de Tomás Bellas sobre Pedro Llompart. E incluso sirvieron los pocos minutos de intensidad que puso sobre la mesa un renqueante Spencer Nelson tras cinco semanas de baja por una lesión.

Ni siquiera se permitió el Granca un momento de debilidad en todo el encuentro. Siempre con ventaja en el marcador, no cedió cuando el Lucentum Alicante apareció para amenazar con reventar la fiesta de Taph Savané (45-43, min 32 y 51-48, min. 38) en el Centro Insular.

El Gran Canaria 2014, ante cualquier dificultad, rebuscó en su mochila para encontrar la dosis suficiente con la que detener la marcha de un Lucentum Alicante terco hasta el extremo. Y ante la amenaza de un duro rival, frente a todas las dudas propias, el Granca encontró en la fórmula para ganar en el grupo, donde reside la receta que ha hecho grande a este club y que tan bien y tanto ha defendido Sitapha Savané en el vestuario.