Entre los 1.800 corredores que se enfrentan este año a la Transgrancanaria, el 83% son hombres. La participación femenina sólo alcanza el 17%. Sin embargo, cada año esta cifra aumenta y cada vez son más las mujeres que se atreven a enfrentarse a retos como éste. "Hace tan sólo diez años ni siquiera había ropa específica para mujeres y teníamos que ponernos ropa de chicos". Emma Roca, una de las candidatas al podio de la Transgrancanaria de 123 km, sabe bien de lo que habla. Fue campeona del mundo de raids en 2010, el año pasado acabó segunda en el Maraton des Sables y también parti- cipó en el Ironman de Niza. Comparte su pasión por el deporte con la que profesa a su familia: tiene dos gemelos de tres años y una niña de cinco, el principal motor de su vida.

A sus 38 años, Emma Roca se siente afortunada al tener un horario laboral flexible que le permite compaginar trabajo, familia y entrenamientos. Bombera profesional, aprovecha los días que no tiene guardia para entrenar mientras sus hijos están en el colegio. Pero también reconoce que normalmente las mujeres lo tienen más difícil para compaginar sus responsabilidades con las exigencias del entrenamiento de alto nivel. "En la cultura del deporte, en España estamos a años luz con respecto a otros países y cuesta mucho involucrar el ocio y el deporte en la mujer".

Junto a deportistas como Emma Roca, Lizzy Hawker o Fernanda Maciel, candidatas a los primeros puestos del podio, se cuentan más de 300 mujeres que este fin de semana dejarán su huella en las cumbres de Gran Canaria. Laura Barrera, una asidua de la Transgrancanaria, se enfrenta por segundo año al reto de los 123 km. Junto a ella Jazmina Benítez, que también repite experiencia. Benítez se aficionó a las carreras de montaña hace unos seis años y desde entonces ha saboreado todos y cada uno de los rincones de la Isla. "En la montaña encuentras tranquilidad, paz y valores tan importantes como la amistad".

En los últimos años ha sido testigo del incremento de la participación femenina. Cree que el miedo es un factor que frena a muchas mujeres, pero afirma rotundamente que "cuando te lo propones, eres capaz de cualquier cosa".

Saro Arencibia ha corrido varias veces la Transgrancanaria Maratón, pero este año se ha animado a participar en la de 96 km, empujada por su pareja, Daniel Quintana, un apasionado de esta prueba que terminó de convencerla. Como este deporte es altamente contagioso también han arrastrado consigo a Luisa Ferrera, una venezolana afincada en Canarias desde hace dos años. Al igual que su compañera de aventuras, tiene muy claro cuál es su principal objetivo: disfrutar.

Luisa Ferrera se aficionó a la bicicleta de montaña en el año 2002, "a raíz del paro petrolero de Venezuela". "No soy nada competitiva", afirma, pero lo cierto es que acabó enganchándose a la montaña y "al ambiente que se respira en este deporte". Tiene dos hijos de 24 y 25 años a los que poco a poco va inoculando su pasión. Odontóloga de profesión reconoce que no es fácil abarcarlo todo, pero vale la pena el esfuerzo. El año pasado corrió la maratón y desde hace unos días tiene un "hueco en el estómago" de los nervios que trae. Pero por el entusiasmo que desprende su voz, no cabe duda de que la meta le queda muy cerca.

Yohana Alemán también hace malabares con su agenda para cumplir con el plan de entrenamiento que se ha propuesto para este año. Tiene experiencia en las carreras por montaña y ha participado varias veces en la prueba de 42 km, pero este año lo hace a conciencia y "bien preparada". Trabaja en el campamento Garañón desde hace diez años, así que su cariño por la montaña le viene de lejos. Empezó mirando a sus amigos participar en distintas pruebas hasta que un día fue ella la que se puso en la línea de salida. "Entonces la fastidié", explica entre risas, porque "ahora quiero hacerlas todas". Trabaja como enfermera y no sabe exactamente cuántos kilómetros puede recorrer al día entre los pasillos y las escaleras, pero cuando llega a casa, después de ocho horas de pie, se quita los zapatos para calzarse las zapatillas y salir a correr.

Enfermeras, médicos, abogadas, esposas, amigas, madres... Entre las muchas facetas de las mujeres de la Transgrancanaria, este fin de semana sólo importa una: la de corredoras. Cuando tomen la salida, las preocupaciones, las exigencias y las responsabilidades quedarán en un segundo plano, porque entonces lo único importante es la pisada. Cientos de pensamientos se cruzarán en sus cabezas, pero sólo una obsesión: la meta.