Se podría decir que Unión Deportiva es un visitante cómodo, casi nunca le fastidia la fiesta al anfitrión. Es educado en el trato, divertido, juega y toca, pero se descuida en los momentos trascendentales. Envueltos en sus errores defensivos y también ofensivos, los amarillos cayeron en el tiempo de prolongación en el José Zorrilla frente al Real Valladolid (2-1). Una jugada a balón parado que transitó por el área pequeña de la cabeza de Javi Guerra hacia el pecho de Óscar sentenció a un conjunto que ofreció una versión atrevida pero blanda en el estadio de uno de los aspirantes al ascenso.

Con esta derrota, Las Palmas frena su cabalgada hacia el sexto lugar de la tabla, desinfla algo sus ambiciosas expectativas, aunque sigue manteniendo interesantes opciones por meterse en el vagón de privilegiados. Ahora vuelve a tener dos partidos como local, ante Numancia y Recreativo, y la fuerza perdida a las orillas de Pisuerga puede regresar en los próximos quince días.

De entrada, Juan Manuel tuvo que variar la alineación de las dos últimas semanas. David González se quedó en el graderío por unas molestias musculares en los isquiotibiales y su puesto lo ocupó Vicente Gómez, que volvía a una formación titular después de muchas semanas en la suplencia. El dibujo táctico no se vio alterado, aunque el juego no se desarrolló de manera tan estilizada como acostumbran los amarillos en la última fase.

La UD salió a gobernar el balón, pero su rival también; por lo que se estableció una dura pugna táctica en el centro del campo desde el inicio del compromiso. A través de la ocupación racional de los espacios, los amarillos comenzaron a tocar con delicadeza la pelota, pero sin enorme profundidad. A los cinco minutos, un balón avanzado por el hiperactivo Momo hacia Javi Guerrero dio el primer sobresalto a los anfitriones, que les costaba hilvanar un par de pases continuos. Tampoco aprovechó el delantero madrileño un rato después otro disparo desde el interior del área, un poco más claro que el anterior. Su balón se perdería por encima de la portería de Jaime, mientras a Miroslav Djukic ya le pesaba la chaqueta y la grada de Zorrilla murmuraba por los acontecimientos. La presión de Las Palmas era cuasi efectiva. Robo y velocidad hacia el área del Valladolid, aunque el último servicio se esfumaba en meras intenciones.

En medio del juego de pase y repase, resultaba todo tan puro y limpio que Pino Zamorano vino a pitar la primera falta en el minuto 22 de partido. No estaba parado el encuentro porque había alternativas con el balón, es cierto, pero tampoco era explosivo y trepidante. Prueba de ello es que la grada se entretenía más con los problemas del asistente y su banderín que con el discurso de los contendientes. Una caída en el área de Javi Guerrero, que protestó levemente, dio paso al primer susto para la Unión Deportiva. Pero ahí estaba Barbosa para resolver su enésimo mano a mano desde que es amarillo. Javi Guerra solo vio portero.

A la media hora, ni el dominio del balón y ni la presión eran iguales en Las Palmas. Había descendido sus prestaciones y ello posibilitó que los anfitriones se desperezaran poco a poco. Nauzet y Óscar empezaron a entrar en juego con más acierto y se olía el peligro. Faltaban seis minutos para el descanso y Álvaro Rubio lanzó con fiereza al travesaño del portero argentino un balonazo que el respetable ya cantaba como gol. El disparo final de Jonathan Viera puso cancela al primer tiempo bien controlado por los grancanarios.

Nauzet percute

Sin tiempo para digerir la merienda del descanso, Nauzet Alemán comenzó la segunda parte como un misil. Aplicó fuerza y desborde frente a Ruymán y Momo por el carril derecho, y una vez dentro del área, deshecha la defensa, convirtió la potencia en calidad y superó por bajo a Barbosa que había salido a taponar el lanzamiento cruzado. Minuto 48, 1-0. Mínimo gasto del Valladolid y máxima recompensa blanquivioleta, quien tuvo en los siguientes diez minutos la sentencia en su mano. Primero Óscar no llegó a un servicio generoso de Nauzet y poco después fue Barbosa quien mantuvo a su equipo vivo tras frenar, a lo portero de balonmano, un chut de Óscar.

Mientras, las noticias de la Unión Deportiva en ataque venían por lanzamientos altos o desviados de Javi Castellano y David García. Los amarillos seguían amasando la pelota de izquierda a derecha con parsimonia, pero siempre les faltaba la puntilla, el pase interior, el decisivo. La entrada de Quiroga y Sergio dio una vuelta de tuerca al asunto y todos comprobaron que el empate parecía cuestión de tiempo. David García, como hace una semana, volvió a quedarse solo en un córner lanzado por Viera y cabeceó con potencia la pelota a la red. 1-1. Minuto 61. Todo volvía a su normalidad.

La energía del gol encendió a los amarillos, que pudieron ponerse por delante si Quiroga, tras eslalon de Momo, hubiera aprovechado una ocasión frente a Jaime, quien respiró aliviado cuando el balón pasó a una cuarta del palo. Esa y otra opción de Ruymán fueron los últimos acercamientos claros de la Unión Deportiva al área del Real Valladolid, que empujó con fuerza en el último cuarto del partido. Antes del gol in extremis de Óscar, Javi Guerra tuvo un mano a mano con Barbosa, que acabó en una extraña falta en la frontal. También David García salvó otra acción de gol bajo los palos que propició el empate definitivo, antes que el central tuviera que salir del campo obligado por el árbitro.

Con el defensa en la banda esperando su incorporación al terreno de juego, el temor se hizo carne en la jugada a balón parado y Óscar puso patas arriba el estadio, mientras la UD lamentaba su poca pericia, su doble cara en Zorrilla.