- Semana Santa, ¿tiene usted algo de lo que redimirse?

- No, por ahora nada. Soy católico, católico abandonado se podría decir. Voy de vez en cuando a la iglesia, sobre todo a bodas y bautizos, los últimos fueron los de mis hijos.

- No habrá que rezar por el equipo. ¿Cómo lo ve, igual o mejor de lo esperado?

- Mejor. No se esperaba desde un principio estar en la situación donde estamos. Hemos ido tomando forma. Tuvimos una racha que nos ha dejado en un lugar tranquilo. Nadie contaba con nosotros para los puestos altos y ahí vamos, con la posibilidad de meternos en playoff.

- Cuando le llamó Óscar Arias para que viniese a la Unión Deportiva, ¿le vendió algo parecido a lo que está viviendo?

- Querían hacer un equipo competitivo para estar a la altura de Segunda y tratar de salvar la categoría, ese era el objetivo principal. Sigue siendo nuestro objetivo este año y aún está pendiente de cumplir.

- El año pasado usted hizo una campaña impresionante, con paradas increíbles, a pesar de encajar una buena cantidad de goles.

- Fue una temporada atípica. Nos llegaban muchísimo a portería, con montón de ocasiones, los partidos terminaban casi siempre en goleada. Nos metían cuatro o cinco, se acercaban con peligro a menudo; cuando te llegan tantas veces puede que entren todas o que pares alguna.

- Esta temporada tiene menos trabajo, ha bajado la cifra de goles encajados, pero sus fallos parecen más evidentes.

- En la campaña anterior también tuve errores. Si te pasa un balón por debajo de las piernas, después de 20 ocasiones, el fallo pasa desapercibido. Ahora, sin embargo, patean dos veces al arco, te pasa una por debajo de las piernas y se resalta más. Esa es la diferencia. Las críticas cuando son constructivas hay que escucharlas, a las demás no les hago demasiado caso. Tengo bastante experiencia en esto.

- ¿El fallo es consustancial al portero?

- Cada vez que he fallado he dado la cara. Sé cuándo fallo y cuándo no fallo. Voy de frente y digo dónde ha estado mi error. Soy consciente de ello.

- Me hablaba antes de la promoción de ascenso, ¿es un pensamiento firme en el vestuario?

- Nos quedan 11 partidos, con seis en casa. Tenemos que hacernos con el objetivo de la permanencia, lo tenemos ahí, a ver si es posible esta semana. Creo que se puede llegar a los playoff, la gente está convencida de que podemos meternos ahí. Aunque eso lo dirán los partidos.

- Esto es fútbol, siempre sale el debate del juego bonito, los resultados...

- El otro día fue un partido muy bueno. El rival, el Valladolid, sabía a lo que jugaba, te podían hacer daño en cualquier acción. Con otro adversario, jugando igual, probablemente habríamos ganado.

- Ustedes no se han achicado ante los equipos de arriba. ¿Qué le sugiere?

- El nivel es un poco más bajo esta temporada. Hay menos diferencia con los equipos de cabeza. El año pasado estaba el Betis, que era una máquina. Con más razón hay que apretar en este tramo final y meternos ahí, si se puede, si no se puede tampoco pasa nada. Será una tarea pendiente para el año que viene si se puede mantener la base. Ya se nota que determinados futbolistas tienen más experiencia en la categoría.

- Desde su posición de portero, ¿ha notado la transformación de muchos jugadores?

- La categoría es muy perra y no perdona a nadie. Es arriesgado jugarte la permanencia con muchos juveniles. La gente más joven dio la cara, supo estar en los momentos más comprometidos y el equipo, el año pasado, faltando cinco jornadas para el final ya estaba prácticamente salvado. Este año, con gente nueva, hay que aprovechar que está más pareja la categoría y se puede hacer algo importante.

- ¿Les podría pesar la presión de ir a por el ascenso?

- Pesar no. El ascenso no se lo han exigido al Celta ni al Valladolid, que llevan arriba todo el año, y tampoco es lógico que nos lo pidan a nosotros. Nosotros hemos hecho un equipo para salvar la categoría, no para subir. La exigencia está sólo en nosotros, somos conscientes de que si seguimos jugando igual, con resultados, estaríamos hablando de otra cosa. No podemos echarnos las manos a la cabeza si no podemos llegar.

- ¿Cuál debe ser el papel de la afición en este tramo?

- Muy importante. Soy consciente de que atravesamos una crisis económica y muchos querrán venir y no pueden. Agradecemos mucho a la gente que nos apoya en la grada. Se nota en los momentos difíciles, nos da fuerza para no desfallecer.

- ¿Se siente identificado con el sentimiento que despierta la UD en la sociedad?

- Sí. Me gustaría, por el objetivo individual y colectivo, que se pudiera conseguir algo importante con este equipo. Aunque no hay que volar mucho, sino limpiar la permanencia, consolidar al grupo y después tirar todo lo que se pueda hasta el final del torneo.

- ¿En qué punto se encuentra su renovación de contrato?

- No hay nada nuevo. Tengo un año más de contrato con la Unión Deportiva y no me parece el momento para hablarlo. No quiero que me vuele la cabeza en otra cosa, no me preocupa la renovación.

- ¿Su intención es cumplir el año que le queda?

- Sí, claro. No tengo problemas, tengo un año más. Y si me tengo que quedar, me quedo contento y a gusto. Es complicado centrarse en el fútbol y en otros asuntos. Solo pienso en el partido que viene, en ganar al Numancia.

- Hay que sacar muchos puntos para estar en el playoff.

- Nuestros rivales pelearán contra equipos que se juegan la vida en la categoría, hay enfrentamientos directos y no se sabe qué puede ocurrir. Por nuestra parte, no podemos dejar pasar ningún partido más, si queremos estar arriba. Debemos afrontar los partidos como finales, el primero contra el Numancia y después contra el Recreativo.