Cada mañana, mientras sus rivales se calzan playeras de clavos y se dirigen al tartán de un centro de alto rendimiento, Sara Santiago se toma un café para acudir a su puesto de trabajo como economista en la Viceconsejería de Hacienda. Esta atleta grancanaria no dispone de una beca con la que sufragar sus carreras, no cuenta con unas instalaciones especializadas ni con las sesiones de fisioterapia necesarias para curar sus lesiones, pero sobre el tapiz rojizo, ahí donde unas pocas décimas de segundo deciden los méritos y distinguen a los vencedores, ella se ha forjado un lugar entre las aspirantes a los Juegos Olímpicos de Londres.

La temporada de Sara Santiago (Las Palmas de GC, 1985), velocista especializada en la prueba de 200 metros lisos, cambió hace poco más de un mes cuando "sin presión" se colgó la medalla de bronce en el Campeonato de España de pista cubierta que se celebró en Sabadell. En noviembre, cuatro meses antes, Sara se había fracturado el tabique de su nariz y había perdido una parte de sus ilusiones, pero el día 19 de febrero batió su mejor tiempo (24,64 segundos en 200 metros lisos) para firmar una plusmarca de 24,15 segundos, la segunda mejor en la historia canaria y la undécima nacional. La federación se puso en contacto con ella para señalarla entre las candidatas a formar parte del equipo olímpico de relevos que participará este verano en los Juegos de Londres.

"Tengo el pase, pero de aquí a junio tengo que ser la que más corra para que, de esta manera, confíen en mí", afirma, centrada en la oportunidad única que se le presenta ahora que sus expectativas se han disparado. "Este último mes ha sido crucial en todos los sentidos", confiesa, antes de explicar: "Realmente no creía que pudiera hacer esa marca pero ahora veo que incluso puedo mejorarla. Estoy convencida. Confío en mi entrenador y ahora hasta tengo un fisio que me atiende todos los días. Además, como la mayoría de atletas, hemos planificado el año para estar al máximo en el mes de junio, porque si el equipo nacional de verdad cuenta conmigo, será entonces cuando todo se decida, tanto para asistir a los Europeos como para las Olimpiadas".

Sara logró colgarse el oro en la misma prueba en 2010, pero entonces no recibió la llamada de la selección. En su lugar fue otra corredora que meses después protagonizó algunas portadas bajo sospecha de dopaje. "Hace tres años cambié de entrenador [ahora está con Fran Herrera]. Este año me siento mejor que nunca, el trabajo ha sido gradual y ahora mi cuerpo responde mucho mejor. Estoy en el mejor momento de mi carrera", afirma. "Por ahora no estoy ni dentro ni fuera", explica antes de señalar que en esta disciplina no solo basta con el mejor tiempo. La competencia es dura pero Sara se ve con posibilidades. "Salvo Belén Recio, las mayores y las que han sido mucho mejores que yo no están en sus marcas, ahora mandan las de mi generación. Por eso, la cosa está difícil pero tengo esperanzas. Con mi marca, la verdad es que me veo ahí", afirma antes de concluir segura al decir: "Nunca he sido internacional con la absoluta y serlo en una Olimpiadas sería mucho pero si me llaman sé que puedo hacer un buen papel".