El ataque como consigna, la acción como premisa y el gol como máxima fundamental. Estos fueron ayer los ingredientes en la receta que el cuerpo técnico de la UD prescribió para el primer entrenamiento semanal en el que predominó un único objetivo; salir de la modorra de oportunidades en que se ha instalado el conjunto insular en las últimas semanas.

Tras la derrota ante el Xerez, en la que con un jugador menos los de amarillo solo generaron una ocasión de peligro en 90 minutos de juego, y siete días después de que solo gestaran cuatro, según las cuentas del propio entrenador insular, Juan Manuel Rodríguez, ante el Recreativo de Huelva, todos en la UD parecen tener claro los síntomas de la enfermedad. El propio Sergio Suárez, centrocampista titular en el duelo de Chapín, reconoció los errores que derivaron en una derrota por 2 goles a 0.

"Creo que la actitud no fue de las mejores", señaló el jugador isletero. "En partidos anteriores habíamos fallado en acciones a balón parado, pero el sábado la imagen no fue buena, el equipo lo tiene claro y ahora lo vamos a mejorar", explicó éste. Además, Sergio Suárez alertó sobre un mal mayor derivado de la falta de objetivos concretos en el horizonte amarillo. "Nos equivocaríamos si nos relajamos. Tenemos que sacar los mayores puntos posibles y optar a algo más que la permanencia".

Por eso, tras el análisis en el vestuario, tocó el turno de una práctica donde el ataque mandó sobre los sistemas, las tácticas y las constricciones defensivas. Ayer, el técnico de las Alcaravaneras optó por la acción y los goles como la mejor medicina ante la falta de empuje y oportunidades de la vanguardia insular.

Sobre el césped de Barranco Seco, con las ausencias de Roque y Javi Guerrero -con el segundo descartado para la cita del próximo sábado contra el Huesca por su dolencia en la rodilla- y con Momo y Corrales limitados a una carrera continua, el equipo amarillo se dividió por grupos para realizar ejercicios de control y combinación en espacios reducidos. Tocar y salir; vivir y respirar en una baldosa, en un rondo con el que superar situaciones de presión intensa.

Después, el primer equipo de la UD Las Palmas, con la presencia de canteranos habituales como José Artiles y Hernán y junto a novedades como Tana y el juvenil Martin Kozuharov, se dividió en cuatro equipos para un ejercicio de rápidas transiciones. Con seis jugadores de campo por equipo y el terreno de juego dividido en dos, con cuatro porterías sobre el verde, los hombres de Juan Manuel practicaron el tiro al pichón. Jonathan Viera, Vicente, Vitolo, Quiroga y Pedro Vega marcaron en repetidas ocasiones ante la ligereza de las defensa, pero fue el delantero madrileño, Javier Portillo, ausente en Chapín por decisión del técnico, el jugador que más acertó con las distintas porterías.

Por último el plan de trabajo dispuso un partido a campo completo, en el que brilló la doble uve amarilla. Vitolo anotó dos tantos y Jonathan Viera logró uno con una suave vaselina sobre la meta de Raúl Lizoaín.

Para terminar la jornada, el equipo de Juan Manuel Rodríguez disfrutó de una asadero en las parrillas de Barranco Seco para hacer piña. Según Sergio, la UD "va a cambiar la actitud y contra el Huesca se va a notar".