Una lágrima en la fiesta del gigante. Sitapha Savané, emblema del Gran Canaria 2014, se dirigió anoche desde el centro de la pista a los cinco mil seguidores que fueron testigos de una permanencia con tintes de hazaña. "Gracias a todos por estos ocho años en el Gran Canaria. Solo espero que el club siga cosechando éxitos. Hasta siempre", detalló el eterno capitán, que concluye contrato esta temporada.

El máximo anotador histórico del club claretiano, hito que alcanzó el pasado mes de febrero, fue el gran protagonista en un combate con tintes épicos. Su única canasta, un mate que puso el 54-44 en el electrónico, mereció el empaque de fiesta nacional. Gritos y pétalos para el rascacielos más emblemático. "Savané, Savané...", gritó el Centro Insular en deuda con una figura con una huella inmortal.

Una vez consumada la victoria (72-62), el partenón amarillo escenificó el mejor homenaje al emperador de las zapatillas amarillas. El pívot agradeció el respaldo de la Roca y dio la vuelta al ruedo para saludar a los aficionados. "Forma parte de nuestro escudo; Savané es algo más que el capitán. Es el dueño de nuestros corazones", espeta sobre el parqué José Galván, un abonado del club claretiano.

El 3-M congregó a 5.200 seguidores en el Centro Insular. La visita del CAI Zaragoza, penúltimo salvavidas para eludir la guillotina del descenso, fue el estímulo perfecto para la caldera de sueños. Un pretexto para hacer pública la comunión entre gladiadores e incondicionales.

La fiesta de Savané comenzó en el calentamiento. El ejército de Pedro Martínez arruinó el nervio de su rival con una puesta en escena con caviar iraní.

Un infierno de gofio. Cabezas fue la diana para un ogro con cinco mil cabezas. El base del CAI Zaragoza hizo un amago de ir a por Pedro Martínez y el Centro Insular fue una caldera.

Escaleras de oro

Un vuelo de Haynes puso la primera piedra. La afición se agolpaba en los vomitorios y decenas de ellos tuvieron que ver el partido en las escaleras. Bramos y Bellas llevaron la voz cantante en un desafío contra la historia. El Granca no quería renunciar a su plaza en el cielo. La victoria del Asefa Estudiantes, que encendía el drama, pasó a un segundo plano. Mate de Rey para firmar el 26-19 y Dowdell que se monta en su F-18.

Un triple de Haynes desata la euforia. Gritos de "sí se puede". Canasta del diablo Cabezas y mate de Savané. El ejecutor Bramos dio el golpe de gracia y la salvación más vibrante da paso a la despedida del icono.

El Gran Canaria es el mejor reclamo para unir 5.000 almas en una fiesta patriota. Universo de magia. Continente amarillo y ecosistema de raza. Beirán, Bellas y Rey alzan las manos y la caldera explota. Sube la temperatura; fin de la agonía. Pasaporte para engordar los registros en la habitación Liga Endesa. La agonía más hermosa. Permanencia y tributo al dios Savané.