Ni Cristiano Ronaldo, ni Mesut Özil, ni Arjen Robben, ni Mario Balotelli, ni Karim Benzema, ni Zlatan Ibrahimovic, ni Steve Gerrard. Por encima de todos ellos, en el firmamento de la Eurocopa brilla con más fuerza un futbolista grancanario: David Silva. El gol que el jugador de Arguineguín firmó contra Irlanda, para hacer el 2-0 en la goleada de España, ha fascinado en el panorama futbolero y ha elevado al centrocampista del Manchester City al rol de protagonista principal en el torneo.

Silva, para dar forma a su pequeña genialidad, paró el reloj en el minuto 49 del partido. Detuvo el tiempo y, a su antojo, se recreó con tres defensas y el portero de Irlanda para, con suavidad, marcar un gol lleno de veneno. En el área, con la pelota plantada en el césped, el jugador grancanario tiró varios amagos, señuelos que compraron todos los rivales. Superados y sonrojados los adversarios, el futbolista del City sólo tuvo que embocar a portería con un golpeo dulce que se coló por una esquina, inalcanzable para Shay Given -guardameta de Irlanda-.

El gol, una delicia, se puede considerar incluso como una anécdota dentro de todo lo bueno que ha puesto David Silva sobre la hierba de Polonia. Junto a Xavi Hernández y Andrés Iniesta, el centrocampista de Arguineguín compone una terna que impulsa el juego de España.

Por el centro, en asociación permanente con los jugadores del Barça, escorado en las bandas para combinar con los laterales o descolgado en la línea de vanguardia, el estilo de David Silva es oro molido para la selección, que en sus botas siempre encuentra una solución para iniciar y reiniciar el ataque.

Vicente del Bosque, hace unas semanas, después de que el jugador grancanario capitaneara el paso marcial del Manchester City para proclamarse campeón de la Premier League, no dudó en asegurar que David Silva era el Leo Messi de España. El piropo sirvió, además, para enterrar cualquier recelo entre las dos figuras, algo distanciadas tras el Mundial de Sudáfrica.

En aquel torneo, hace justo dos años, David Silva fue el único futbolista que penó por la derrota de España frente a Suiza en la primera jornada del campeonato. Luego, en el camino hacia el título, el centrocampista sólo dispuso de unos minutos de juego al final de la semifinal con Alemania. Aquella decisión atormentó al jugador que, poco después del Mundial, aseguró que no sentía la confianza del seleccionador. La polémica, la hostilidad entre ambos, desapareció de inmediato: justo tras una exhibición de Silva frente a Escocia.

Internacional absoluto en sesenta ocasiones, el futbolista grancanario disfruta de un rol estelar con Vicente del Bosque. Y las cifras no engañan. Con 14 tantos durante el periodo del entrenador salmantino como entrenador, Silva es el segundo mejor goleador en esta etapa triunfal de la selección tras David Villa, autor de 33 dianas.

Pero David Silva no sólo golea y percute contra las porterías de los equipos rivales. En dos partidos, en 154 minutos de juego, el centrocampista del City lidera la tabla de asistentes en la Eurocopa con tres pases de gol, regalos que han disfrutado Cesc Fábregas -frente a Italia- y Fernando Torres -dos contra Irlanda-.

Silva, con 26 años, está en su mejor momento, con el mundo futbolero a sus pies. En Arguineguín ha tomado con orgullo el relevo de un grande como Juan Carlos Valerón. En Manchester, en la vieja ciudad industrial, la tropa citizen disfruta de toda su magia. Y en Europa se asombran con un futbolista superlativo.