Día 1. La UD Las Palmas inicia hoy su proyecto más ambicioso. Este año no hay lugar para medias tintas, para el habitual discurso reservón, el subterfugio o la evasiva. La totalidad del organigrama amarillo, desde los jugadores al presidente, pasando por el cuerpo técnico y la directiva, se ha marcado la lucha por alcanzar los puestos de play-off como prioridad absoluta y, por consiguiente, el ascenso como objetivo soñado. Sergio Lobera, Nauzet y Deivid -un técnico de proyección y dos futbolistas con aroma a Primera- se presentan como grandes novedades en el reparto de papeles pero el actor principal en esta película de acción y entretenimiento será, por encima de cualquier individualidad, el estilo: vistoso y alegre. La cita, a las 18.00 horas. El lugar: Barranco Seco.

La llegada del aragonés Sergio Lobera, un entrenador neófito en el fútbol profesional, ha supuesto todo un soplo de aire fresco para el discurso amarillo. Desde el club se habla de modernizar el juego de la UD. Y es que el deporte del balompié ha cambiado, según apuntan los expertos. Ahora se habla de posesión, de defender con el balón en los pies, de atacar con los laterales y construir a través de los peloteros más creativos. Es la fantasía entendida desde un punto de vista práctico. Por eso el conjunto que no se suba a este tren corre el riesgo de quedarse para siempre en la estación y sin billete. Así se ha entendido en la casa amarilla y de la misma manera lo ha hecho el grueso de equipos que conforman la categoría dando la alternativa a una nueva hornada de técnicos, con lo que esta temporada, de partida, se destierra ese mito que establecía, sin réplica, que en Segunda no se puede jugar bien al balón.

Reaparece Nauzet

En el proyecto faltan un central y dos delanteros para completar la plantilla que el 18 de agosto iniciará el asalto a la Liga Adelante (hoy se conocerá el rival). A priori y en espera de los movimientos del mercado, 25 jugadores inician la pretemporada a las órdenes de Sergio Lobera y del preparador físico Manuel Sayabera. Entre estos, Nauzet Alemán, etiquetado por Miguel Ángel Ramírez como el mejor jugador de la categoría durante el curso pasado, cuenta con permiso del club para extender unos días sus cortas vacaciones. El de Las Mesas jugó su último partido el 16 de junio y en el mismo celebró el ascenso del Valladolid, equipo en el que ha militado durante las últimas tres temporadas y al que ha renunciado por regresar a la que otrora fue su casa. Nauzet se incorporará al grupo el próximo viernes para tomar la varita y la chistera, mostrar sus trucos y relevar en el cargo de mago a Jonathan Viera.

Mientras, Deivid, capitán del Sevilla B, llega para ocupar un puesto con galones de mando en la zaga amarilla, ya sea como central puro o como lateral. En su carta de presentación cuenta con el aval de haber disputado ya, con 23 años, cinco partidos en Primera. Por otro lado la continuidad del guardameta Mariano Barbosa ha evitado al club un desembolso en el mercado. Junto a estos, el grueso de la plantilla se compone a partir del producto insular, ya que de los 25 futbolistas, 21 son grancanarios. Entre éstos, la generación de canteranos que emergió bajo el mandato de Paco Jémez comienza ahora su tercera temporada. En su momento surgieron como el reclamo de un futuro mejor. Ahora se presentan más curtidos, más formados y más jugadores. Nombres como el de Juanpe, Vicente, Aythami y Vitolo, que, ante la marcha de Viera, deben dar un nuevo paso al frente. En esta ocasión el siete amarillo, Víctor Machín, parte en una situación complicada tras confesar públicamente su deseo de jugar en campos de Primera División. Su futuro, por lo tanto, es incierto cuando el Real Madrid Castilla puja por sus servicios. Sin embargo, de permanecer y recibir el indulto de la afición, la UD contaría con el mejor fichaje posible.

Mientras, en el capítulo de salidas, se encuentra el meritorio Roque Mesa. El club busca una cesión para el canterano después de ampliar su contrato dos años más. Ponferradina y Mirandés le pretenden pero el jugador inicia la actividad a las órdenes de Lobera.

La pretemporada, tras los pertinentes exámenes físicos, comienza oficialmente y junto a los elementos meramente deportivos se cuela el componente emocional. La UD busca argumentos para recuperar la ilusión de su grada y que ésta vuelva a abonarse. Ahora es el momento del técnico y los futbolistas. Es la hora de acompañar con el balón el discurso de la ambición. Se alza el telón del verano amarillo.