Sergio Lobera trabaja contra reloj los movimientos de los cuatro conceptos básicos en el fútbol: el ataque, la defensa y las transiciones defensivas y ofensivas. O lo que es lo mismo: qué hacer cuando se tiene el balón, qué hacer cuando no se tiene, cuando se recupera y cuando se pierde. En esos puntos cardinales ha centrado las sesiones el preparador y su equipo técnico. No todos los fundamentos tácticos son nuevos, muchos se dan por sabidos en jugadores profesionales, aunque el entrenador admitió en la última comparecencia pública que hay distintos niveles de asimilación de su idea de juego dentro de la plantilla.

Faltan 20 días para el inicio de la competición en Segunda División y Las Palmas pretende darle la vuelta al calcetín al estilo de sus últimos años. En el espacio de tres semanas, el colectivo debe asumir parte de los aprendizajes que pretende trasladar el técnico con el fin de ofrecer un rendimiento óptimo frente al Racing de Santander, su primer rival en el campeonato de Liga, que se inicia en el tercer fin de semana de agosto.

Para enraizar el nuevo método, el balón ha sido el eje gravitatorio del trabajo durante las últimas dos semanas en la concentración del sur de Gran Canaria, realizado casi en exclusiva en el estadio municipal de Maspalomas. No hay ejercicio donde no aparezca la pelota como objeto preciado del ejercicio. Los rondos, con fines tácticos y físicos, se han multiplicado en la sesiones preparatorias. Tanto Lobera como Manu Sayabera, el preparador físico, han exigido presteza e intensidad en todos los ejercicios. Trabajo corto y enérgico, esa es la receta original de los responsables técnicos. Los preparadores entienden que el fútbol se decide en acciones de corta duración, un desmarque, un robo de balón, una pugna. Tres, cuatro o cinco segundos explosivos, no más.

En los cuatro amistosos, los futbolistas han ido evidenciando una mejoría en la asunción de nuevas tareas dentro del engranaje táctico. Ahí se centra la preocupación de Lobera y su grupo de trabajo, que también han hecho hincapié en el aspecto físico. "El trabajo es duro porque nos espera una temporada dura", vino a decir el entrenador a modo de resumen tras disputar el amistoso del pasado viernes contra el San Pedro Mártir.

Un bloque

Las piezas del puzle de la Unión Deportiva van encajando. La base del equipo de los dos últimos años se mantiene, por lo que Las Palmas saldrá a competir con unos elementos que ya se conocen casi a la perfección. Momo, Vitolo, Javi Guerrero, Vicente, David González, David García o Mariano Barbosa, entre otros, lo que se podría considerar la columna vertebral del conjunto, tienen suficientes batallas juntos como para intuir el pensamiento del compañero con solo mirarlo.

Ahora, las llegadas de Nauzet Alemán y Deivid, en primer término, junto a Jeison Murillo y Macauley Chrisantus, prenden nuevas posibilidades en el equipo, al que sólo le falta un delantero para cerrar la plantilla.

Con Deivid, la Unión Deportiva refuerza la posición de zaguero al tiempo que añade un sustituto solvente para Javi Castellano, que se volvió incombustible en la temporada anterior. Mientras, el fichaje de Nauzet agrega un plus de calidad en la mediapunta del ataque, además de incrementar el potencial del equipo a balón parado.

La cúpula deportiva de la entidad entiende que la clave de los éxitos de la UD en esta temporada reside en repartir la capacidad goleadora del equipo entre los jugadores del frente de ataque y añadir una solvencia defensiva que ofrezca al final del curso un balance positivo en este apartado.