Las obras para acercar las gradas al terreno de juego y para acondicionar una de las torres del Estadio de Gran Canaria no comenzarán antes de la próxima temporada, según las previsiones que maneja la Unión Deportiva Las Palmas. Aunque el club que preside Miguel Ángel Ramírez ultima con el Cabildo -propietario de la instalación- los detalles técnicos para concretar el proyecto que permitirá a la entidad de Pío XII explotar una de las esquinas del campo y pese a que la administración pública pretende convocar este mes un concurso de ideas para eliminar las pistas de atletismo, en la UD calculan que el inicio de la remodelación se fijará para verano de 2013.

El proyecto de la Unión Deportiva para adecuar y finalizar el Estadio de Gran Canaria, un plan que cuenta con el apoyo de Lucas Bravo de Laguna -consejero de Deportes del Cabildo-, pasa por tres puntos básicos: el uso de la torre que une las gradas Sur y Naciente, la eliminación de las pistas de atletismo para acercar el graderío al terreno de juego y la construcción de una ciudad deportiva en los terrenos anexos -frente al nuevo pabellón-.

De todas esas aspiraciones, la reforma de una de las esquinas del recinto de Siete Palmas aparece como el asunto mejor encauzado. El Cabildo ya ha recibido el proyecto que la UD Las Palmas encargó a un despacho de arquitectos y ahora son los técnicos de la administración pública los que pulen pequeños detalles de una obra que provocará la modificación del convenio de colaboración que ambas instituciones firmaron el 1 de julio 2006 para el uso y explotación del nuevo estadio y para el patrocinio publicitario de la marca Gran Canaria, un acuerdo que tendrá vigencia hasta el 30 de junio de 2027.

En el trato entre Cabildo y UD se estipuló que la corporación insular contribuiría económicamente en el mantenimiento del recinto, para pagar agua corriente y agua para el césped, electricidad, limpieza, cuidados del terreno de juego, atención del videomarcador y de las instalaciones acústicas con el pago -a través del Instituto Insular de Deportes- de 435.000 euros.

En base a ese acuerdo, la propuesta de la UD Las Palmas para remodelar la torre del Estadio de Gran Canaria pasa por detraer ese dinero y destinarlo para la financiación de una obra que permitirá al club ubicar en Siete Palmas su sede social, su emisora de radio, un museo, una tienda, una residencia para jugadores, un centro de fisioterapia y la posibilidad de ubicar -en la planta más alta- un restaurante con miras panorámicas al terreno de juego y que podría funcionar durante los partidos oficiales del equipo amarillo.

Desde el Cabildo se confía en concretar todos los detalles técnicos de la obra de la torre con la UD Las Palmas durante las próximas semanas, paso que podría facilitar la puesta en marcha de un proyecto cuya ejecución se podría finalizar en un plazo de seis meses.

Variable económica

Para el acercamiento de las gradas al terreno de juego, el propósito del Cabildo es sacar, este mes, la licitación de un concurso de ideas a partir del proyecto inicial que presentó la UD Las Palmas. La obra se ejecutará si el coste ronda entre los 2,5 y tres millones de euros, una cifra que entra dentro de las posibilidades financieras de la corporación insular que, de paso, ya ha rechazado la posibilidad de acometer una obra civil que suponga la condena de tres gradas -Curva, Sur y Naciente- por su elevado coste (podría rondar los 25 millones de euros).

Más complicado de acometer de inmediato se antoja la construcción de una ciudad deportiva para la cadena de filiales de la UD Las Palmas, que pretendía contar con diferentes campos de juego en los terrenos anexos al estadio -enfrente del nuevo pabellón-. Esa posibilidad, de momento, queda en suspenso a la espera de que el Cabildo pueda reubicar en la ciudad -junto al Hospital Doctor Negrín- a la UD Taburiente de hockey, que desde hace años cuenta con un recinto en Siete Palmas para disputar sus encuentros.