Usted ha presentado una demanda de embargo contra la UD Las Palmas y deja al club al borde la quiebra. ¿Qué es lo que ha pasado para que este litigio haya llegado a este extremo?

La terquedad del presidente, Miguel Ángel Ramírez, en no arreglar esta situación en los siete años que llevamos con el tema. Él no ha cumplido el convenio de acreedores. Lo ha incumplido. El convenio partía con ocho millones de euros, yo hice una quita del 50 por ciento y quedaron cuatro como deuda. Es cierto que ha habido varias negociaciones pero ninguna ha cristalizado y esto no ha sido por mi culpa. ¿A quién no le gustaría cobrar con esta crisis? Pero Ramírez lo que ha hecho es ganar tiempo y la situación ha llegado a un punto límite, en el que no hay una vuelta atrás. O reclamaba o podía perder mis derechos por vencimiento.

Imagino que esto no es una situación agradable para usted.

Esto no es agradable ni para mí ni para la afición ni para los grancanarios. Es una situación comprometida. Pero, ¿quién tiene la culpa de todo esto? Miguel Ángel Ramírez, el todopoderoso presidente ejecutivo de la Unión Deportiva Las Palmas, es el que no ha querido. Ahí están los abogados para confirmarlo; que llevan año y medio de negociaciones. Evidentemente no solo es él el único que no quiere pagar. Hay más gente dentro del club y no son conscientes de sus responsabilidades.

Usted defiende que este capital le corresponde por derecho.

Bueno, ¿es que acaso él regala dinero? ¿Perdona él la factura en seguridad a la UD Las Palmas, que es de su propia empresa? ¿No lo cobra? Yo creo que sí que lo cobra y que obtiene beneficios. Miguel Ángel Ramírez, dueño del club, pretende que cuanto menos tenga que pagar, más le queda. Él es el responsable real. Lo que es peligroso es esta campaña mediática que tiene organizada para incriminarme a mí, sin razón y sin hacer justicia.

Ramírez asegura que usted intenta ejercer con este embargo una medida de presión. ¿Es así?

Al contrario, el que está recibiendo todo tipo de presiones insoportables, pero que estoy soportando, soy yo. Yo no estoy como él, todos los días en los medios de comunicación. Estos días, evidentemente, sí lo estoy porque me han llamado todos. Pero quién es el responsable de la gestión de la Unión Deportiva Las Palmas. Manuel García Navarro, no lo es. Es él. Está dirigiendo el club y yo creo que por cuatro millones de euros la UD Las Palmas no tiene por qué desaparecer, si además, de acuerdo con mis abogados y con un tiempo razonable, aplazamos los pagos.

¿Está dispuesto a ceder en sus pretensiones o llegará con esto hasta las últimas consecuencias?

Pero es que no soy yo el que tiene que llegar hasta las últimas consecuencias, es Miguel Ángel Ramírez y lo debe hacer propiciando un diálogo serio. Él me tacha a mí de no ser serio pero es que aquí nos conocemos todos. Todo el mundo sabe quien es Miguel Ángel Ramírez. Yo soy, he sido y seguiré siendo una persona seria y cumplidora. Lo que pasa es que no estoy dispuesto a que esta campaña de linchamiento, que es peligrosa para mi vida y para mi integridad, siga adelante. Si él quiere arreglarlo se va a arreglar y si él no quiere pues no se va a arreglar. Los jueces solamente actúan de acuerdo a la ley. Los jueces no tienen culpa y si el juez obliga a que se disuelva el club, Miguel Ángel Ramírez será el responsable; nadie más que él. Esto es muy importante y lo reitero.

¿Siente que se le ha situado a usted injustamente como único responsable de la posible disolución de la UD Las Palmas?

Vamos a ver, ¿quién debe el dinero a quien? Por favor, ¿quién es aquí el que debe el dinero? ¿Soy yo el que se lo debe a la UD o es la Unión Deportiva la que me lo debe a mí? Yo ya he dejado en el camino cuatro millones, más otros seis millones que tengo en el club y los intereses derivados de siete años. ¡Por favor! Manuel García Navarro no quiere ni propicia la quiebra de la UD. Además, la Unión Deportiva Las Palmas no va a quebrar por cuatro millones. Eso es un cuento chino que le está vendiendo a los medios y a la afición. La afición sabe que no es verdad. La afición sabe que quien salvó al club fui yo. Lo salvé el 30 de julio del 2004. En los seis meses en los que yo volví, el club se salvó del descenso federativo y luego hubo que presentar el concurso. Pero, por lo visto, en esos seis meses en los que estuve con mi equipo gobernando endeudé con 72 millones de euros al club. Eso no se lo cree nadie.

Miguel Ángel Ramírez dice que si se ejecuta la sentencia el juez debe depurar responsabilidades e investigar en las gestiones del pasado. ¿Le preocupa?

A mí no. En absoluto.

Además recuerda que usted aceptó condonar la deuda en 2005 y que después se echó atrás. ¿Qué pasó en aquel momento?

Él miente. Yo no puedo condonar nada porque si lo hago tendría que pagar, además, a Hacienda el importe que corresponde por una condonación y entonces los acreedores me dirían: "Usted está condonado porque no me paga a mí". Yo lo que acepté, y lo dije en su momento, es una quita del 50 por ciento de la junta de acreedores. Que quede claro. De los ocho millones iniciales se pasó a cuatro. Además, no es lo mismo que un avalista que haya puesto 200 millones de pesetas en un momento determinado. A mí me ha costado hasta ahora 10 o 12 millones de euros. Si cobro cuatro, con el tiempo habré perdido entre seis y ocho millones de euros.

En el crédito bancario de la UD por valor de 21 millones hay una serie de avalistas que en caso de que no se haga frente al mismo deberán responder con su patrimonio. ¿Qué le parece?

Pues que perderemos todos. En ese caso, todos nosotros perderemos este dinero.

Se han hecho públicos distintos acuerdos o puntos de entendimiento entre ambas partes durante el proceso. Ramírez le responsabiliza de haberse retractado cuando estaba el pacto casi cerrado. ¿Qué fue lo que pasó?

Bueno, es lo clásico en Ramírez que responsabiliza a los demás de sus propias culpas. Eso no es cierto. Es verdad que hemos tenido muchas conversaciones. Pero en estas, en las que han estado doce o trece personas presentes, a lo que se ha dedicado es a insultarme, a faltarme al respeto y a amenazarme. De esto hay testigos. Esto es lo que ha propiciado él. Algunas de las reuniones las ha convertido en un plebiscito de acusaciones absurdas e inciertas. Porque claro, a él lo único que le interesa es no pagar, simplemente no pagar. Recuerdo el tema de los jugadores del Universidad que por 60.000 euros casi liquida el club... Por 60.000 euros. Así que mire usted hasta dónde llegan las agallas de este hombre.

¿Cree que puede haber un entendimiento en esta historia? ¿Un final honroso?

Yo ya he dicho y lo mantengo que estoy abierto a llegar a un acuerdo razonable en el tiempo para que la UD pueda pagar.

¿Qué le parece la propuesta que ha hecho Ramírez de fraccionar el pago durante 20 años?

Yo creo que este hombre no está en este mundo, por lo menos es lo que parece. Eso de 20 años... Serán menos años, los que necesite la UD para atender las obligaciones emanadas del incumplimiento de Ramírez respecto al convenio de acreedores. Porque él ha incumplido el convenio de acreedores y lo sigue incumpliendo. Por algo el Juzgado de lo Mercantil me ha dado la razón. Y algún fundamento habrá en mi postura por lo tanto. Pero bueno, lo que está claro es que no es, como ha señalado algún medio, una estafa. Hay algún periodista que se atreve a decir que esto es una estafa. No lo entiendo. Si ahora querer cobrar lo que se debe es una estafa; es pensar que el acreedor se convierte en estafador. Esto solo cabe en la mente de un demente.

¿Estaría usted dispuesto a ceder también en el montante económico?

Bueno, primero se tendría que hablar y después hablarlo yo con mis abogados que son los que llevan esto. Pero yo estoy abierto al diálogo, por supuesto. Si fui yo el que le llamó para desearle suerte cuando Las Palmas estaba en la cola; y después se empezó a ganar. ¿Será porque yo le deseé suerte? Porque yo siempre le he dado suerte a la UD. Yo fui el que ascendió al equipo, algo que él no ha podido hacer en los seis o siete años que lleva de fracasos; uno detrás de otro. Siete tiene en su gestión como presidente de la UD Las Palmas.

¿Mantiene usted el sentimiento amarillo intacto pese a todos estos litigios y desencuentros?

Por supuesto. Yo he dado mi vida. Y estoy dispuesto; porque si a mí me liquidan es por la Unión Deportiva Las Palmas. Si me liquidan físicamente habré dado la vida por la Unión Deportiva, en lo económico y con mi salud. Pero eso no le importa a Miguel Ángel Ramírez. A él solo le importa el dinero. El dinero que se pueda quedar de una forma o de otra.

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