Combate a vida o muerte. Nauzet Alemán, curtido en mil batallas y líder espiritual del proyecto de Lobera (ha lucido el brazalete de capitán en las últimas tres jornadas), subrayó la importancia del próximo duelo liguero ante la Ponferradina -rival directo por la promoción de ascenso- en El Toralín. "Es el partido más importante de mi vida; restan diez finales, treinta puntos en litigio, y tenemos que tener las ideas muy claras (...) La Ponferradina está haciendo una gran campaña y haciendo un buen fútbol en su feudo. Están en la parte alta y debemos aprender de la última derrota ante el Guadalajara".

Para el centrocampista de Las Mesas, "ganar nos daría un salto de calidad y sobre todo hacerlo fuera. Esta circunstancia provocaría que nos tomasen más en serio y ganemos respeto. Sobre todo, tras el varapalo del otro día. Nuestra afición es lo mínimo que se merece; que demos la cara y que nos traigamos los puntos de Ponferrada".

Nauzet Alemán reflexionó sobre el clima de excitación que sufrió la plantilla en los días previos al duelo ante el Guadalajara. "Personalmente no veía las cosas bien; me marché de dos entrenamientos cabreado. Tenía malas sensaciones y al final, no estuvimos como en otros partidos. No se trata de actitud, a lo mejor pensamos que íbamos a ganar de forma cómoda y no fue así", determinó el isleño.

Cuestionado por si sintió presión al ver un estadio de Gran Canaria con casi 23.985 espectadores -la mayor afluencia de espectadores que se registró el pasado sábado ante el Guadalajara-, Nauzet fue contundente. "Prefiero que vengan esos 24.000 que 3.000 (...) Tener el estadio lleno es un orgullo y el que diga que era presión se equivoca", aseveró el grancanario, que suma cinco goles en Liga.

Sobre si era planteable, como solución para evadirse de la euforia, concentrarse en los días previos a los partidos en el Hotel Club de Golf de Bandama -como era tradicional-, Nauzet respondió con ingenio. "En Valladolid", el grancanario militó tres campañas en el equipo pucelano y ascendió a Primera en junio del 2012, "me tomé un cortado con los aficionados antes del último partido de la promoción. Pero lo dejo para las figuras del club que toman decisiones".