Antonio García Domenech, ingeniero técnico en obras públicas de la empresa Zima Desarrollos Integrales, adjudicataria del proyecto para acercar las gradas al terreno de juego del Estadio de Gran Canaria, estima que las obras se prolongarán de 12 a 14 meses, una vez que se realice el acta de inicio de replanteo (el comienzo de los trabajos sobre el terreno). Esto, en la práctica, significa que la eliminación total de las pistas en el recinto de Siete Palmas no estará terminada hasta el final del verano de 2014, si el Cabildo Insular se decide a acometer el proyecto, pues su decisión está condicionada por el coste final, que está por definir.

"Las obras se realizarán por fases para que el estadio pueda tener capacidad suficiente para los partidos de Las Palmas", aclara García Domenech, quien enfatiza que, durante el tiempo de los trabajos, van a reducir "al mínimo" el número de asientos que no se podrán utilizar para los encuentros del conjunto amarillo.

La fisonomía del Estadio cambiará de manera considerable. Así, la grada Naciente, que ahora está situada a 40 metros de una de las porterías, tras la obra se levantará a sólo dos metros y medio de la línea de gol, mientras que la Curva, actualmente a 41 metros del campo, se fijará a 22 metros. Los laterales -Sur y Tribuna- se quedarán a 7,30 metros del césped, según quedó especificado en el pliego de condiciones del concurso que ganó la empresa murciana.

El nuevo graderío, a excepción de la Naciente, se deslizará desde el pasillo central hasta el terreno de juego, al tiempo que condenará una buena parte de los asientos más bajos del estadio, que quedarán debajo de la nueva estructura. El acceso de los aficionados a sus asientos se realizaría por las puertas y pasarelas que ya existen y que se extenderían en línea recta por la nueva superficie.

"Uno de los objetivos que se pretende es que quede un estadio más acogedor para el público, que va a poder hacer más fuerza", señala el responsable del proyecto, que colmará una de las antiguas aspiraciones de los seguidores de la Unión Deportiva desde el mismo día que se inauguró el recinto deportivo, hace casi una década: la desaparición de las pistas de atletismo, que han sido infrautilizadas.

"Hay que tener en cuenta que partimos de un estadio ya realizado y las características de partida ya son un condicionante de cara al diseño final. No podemos hacer lo que quisiéramos, pero el resultado va a ser satisfactorio", apunta García Domenech, que también llevará a cabo, cuando empiecen los trabajos, la dirección facultativa, junto a un grupo de ingenieros y arquitectos, de los que forman parte Antonio Domenech Forte y Joaquín González, entre otros.

"Seremos los encargados de actuar entre la propiedad, el Cabildo de Gran Canaria, y la empresa constructora, que sea la adjudicataria. La constructura ejecutará los trabajos bajo nuestra supervisión", apunta Antonio García para aclarar el papel de la empresa murciana, que ya ha presentado un anteproyecto, donde han incluido un documento básico, con una pequeña memoria descriptiva y unos planos donde se plasma la idea.

"Aún nos falta por terminar la valoración económica de los trabajos", indica el responsable del proyecto, quien en las próximas semanas debe afilar cuánto costará la aspiración de acercar las tribunas al terreno de juego: "Estamos encajando todas las partidas con el presupuesto con el que contamos".

"Ya estamos trabajando con el proyecto constructivo, donde iremos incluyendo el cálculo de las estructuras y todas las instalaciones", avanza el ingeniero, al tiempo que revela que "hay unos planos iniciales, pero estamos preparando unos planos finales, que debemos entregar con el proyecto de ejecución".

"Estamos intentando localizar el estudio geotérmico para realizar el cálculo de estructuras", cuenta el responsable, quien apunta que Zima Desarrollos Integrales está preparando una infografía en tres dimensiones -3D-, donde se puede comprobar el resultado final de las gradas del Estadio de Gran Canaria. Esperan poder presentarla en las primeras semanas de junio.