Entre jugar en Primera o militar en Segunda División hay una diferencia que va mucho más allá del fútbol. No es un asunto menor y trasciende hasta donde no llega la pelota. Eso lo saben bien en la Unión Deportiva Las Palmas, donde se manejan diferentes informes que revelan que el ascenso a Primera División tendría un impacto económico de unos 25 millones de euros para Gran Canaria. La cifra, en base a estudios realizados por otros clubes de diferentes ciudades, recoge y analiza el efecto directo -estimación de aficionados y profesionales que se mueven en la máxima categoría, estimación del gasto para los asistentes y profesionales foráneos y estimación del gasto de asistentes locales-, el efecto indirecto, el efecto transferencia del presupuesto y el efecto mediático que genera un equipo en la máxima categoría nacional.

El Elche CF, que ya ha certificado su ascenso a Primera División, por ejemplo estima en 23 millones de euros el impacto económico que generará ese éxito deportivo en su ciudad. Esa es la primera estimación de un estudio realizado por la Cámara de Comercio de la provincia alicantina y que tiene en cuenta, como apuntó su presidente -José Enrique Garrigós-, diferentes aspectos como "la afluencia de aficionados al estadio, tanto locales como foráneos, el aumento del gasto en actividades de bienes y servicios o el incremento del presupuesto del club, que permitirá el aumento de gastos en actividades de otros sectores. Sin contar el impacto que la marca Elche pueda tener a nivel mediático".

En la UD Las Palmas, el principal punto diferencial, se levantaría sobre el presupuesto del propio club. La entidad que preside Miguel Ángel Ramírez aprobó, en diciembre, unas cuentas que fijaban en 8,6 millones de euros la previsión de gastos. Si la plantilla que entrena Sergio Lobera logra el ascenso a Primera División en la promoción que ahora mismo disputa -el domingo se medirá a la UD Almería en el encuentro de vuelta de la primera eliminatoria-, esa cantidad se podría disparar hasta los 30 millones de euros.

Subir a Primera División, por ejemplo, permitiría a la Unión Deportiva -según el reparto establecido en el actual convenio- ingresar unos 12 millones de euros en concepto de derechos de televisión. La entidad de Pío XII también recibiría más dinero por la Quiniela y, a pesar de la crisis, aumentaría considerablemente la recaudación por la venta de abonos y entradas. En ese apartado, la tendencia habitual en el resto de equipos que dan el salto desde Segunda División es multiplicar el número de socios que reservan una localidad para todo el curso en sus estadios aunque los precios se encarezcan.

Alojamiento y compras

Entre todos los estudios realizados por Real Murcia (2006), Real Zaragoza (2009), Hércules CF (2010), Villarreal CF (2013), Girona CF (2013) y Elche CF (2013), destaca el aumento de visitantes foráneos a sus respectivas ciudades con motivo de la disputa de partidos de Primera División, un detalle que, por motivos geográficos, no resulta tan productivo para la UD Las Palmas.

La Cámara de Comercio de Granada estableció, tras el regreso del conjunto nazarí a Primera en 2011, que el total del impacto económico alcanzaba los 28,3 millones de euros -el 0,2% del PIB de la provincia-. En esa cuenta, el efecto directo del ascenso era de 6,8 millones de euros. Desglosado, de esa cifra 3,1 millones de euros se facturarían en restauración, 62.264 euros en alojamiento, 74.924 euros en compras, y 118.262 euros en hoteles que alojen a los clubes visitantes.

Un resultado similar ofrece el documento redactado por la Cámara de Comercio de Castellón al analizar el reciente ascenso del Villarreal CF que, un año después de su descenso, regresa a la máxima categoría. Aunque el club que preside Fernando Roig mantuvo un presupuesto elevado tras el fracaso de 2012, el mayor incremento en el volumen de negocio radica en el número de visitantes locales y foráneos que acudirán el próximo curso al Madrigal, el aumento de gastos en la ciudad relacionados con actividades de bienes y servicios, el transporte, la actividad comercial y alojamientos. El caso del Villarreal CF, en su día, fue protagonista de un estudio realizado por la Universidad de Navarra en la que mostraba que la relevancia del equipo amarillo convertía a la ciudad castellonense -de 48.000 habitantes- en una equivalente a 210.000.

Estar en Primera División es un escaparate millonario. Así lo revelan los diferentes estudios realizados para medir el impacto económico de varios ascensos. Si el del Granada CF llegaba hasta los 28,3 millones de euros, en 2006 se cifró en 10 millones de euros para la región el éxito del Real Murcia. Más generoso fue el documento que examinó en octubre de 2009 el regreso del Real Zaragoza a la élite: 20 millones de euros, la misma cantidad que la Cámara de Comercio de Alicante estimó hace unas semanas al calibrar la campaña triunfal del Elche CF.

Entre los equipos que están en la misma situación que la UD Las Palmas, en la promoción, el Girona FC hizo público el 9 de mayo un informe que calculaba que el impacto económico que supondría el ascenso del equipo a Primera División rondaría los 23 millones de euros. Joaquim Boadas, presidente de la entidad catalana, desgranó el documento y reveló que en su confección se han tenido en cuenta los efectos económicos directos en el sector terciario (restauración, hostelería, transportes y comercio), los ingresos por visitantes y asistentes locales y el impacto que tendría el incremento del presupuesto del club, la necesidad de hacer más inversiones y las repercusiones por el efecto mediático que causaría el ascenso.

En la mayoría de todos los estudios realizados, trabajos que se levantan sobre la misma base, se llega a una conclusión que pone de manifiesto el valor económico del fútbol: llevar a un equipo de una ciudad de tamaño medio a Primera División podría aportar hasta 28 millones de euros anuales a la localidad que acoge al club en cuestión, dependiendo de su tamaño, del aforo del estadio y su capacidad hotelera.