En concentro, el madrileño Javi Guerrero pasa a formar parte de la comisión deportiva de la entidad de Pío XII y se encargará de elaborar los informes de los rivales del conjunto que vuelve a dirigir una temporada más, la segunda, el técnico aragonés Sergio Lobera.

¿Qué sensaciones le deja la retirada del fútbol?

Cualquier carrera deportiva termina en algún momento de la vida a quienes se dedican a esta actividad. Ahora, tras 18 años de una fructífera vida deportiva, me llega el momento a mí. Y creo que me llega, para mi tranquilidad, con la oportunidad de poder marcharme con la cabeza muy alta, porque dejo de ser profesional tras un año en el que he tenido protagonismo en el equipo, dándolo todo y teniendo minutos, acabando incluso como titular. Era algo que siempre me había preocupado, el no irme del fútbol, esta profesión que tanto quiero y a la que tantos años he dedicado, arrastrándome. Siempre soñé con irme así, dejando una buena imagen y creo que aquí lo he conseguido.

Se va cuando aún tenía un año más de contrato. ¿Hubo problemas?

¡Que va! Ningún problema. Es más, nos sentamos a hablar y en tres minutos estaba todo solucionado, porque el acuerdo fue rápido y total. Creo que muchos querrían que les pasara lo que a mí, que al llegar el momento de la retirada tuvieran la oportunidad de seguir ligados al fútbol como voy a seguir yo, porque el fútbol ha sido y es mi vida. Se me ha brindado una oportunidad y la intentaré aprovechar.

¿Y se va con rencor, con animadversión hacia alguien en especial?

¡En absoluto! ¡Jamás! Me voy sin rencores ni resquemores. Simplemente ha llegado el momento de la retirada y lo que sí tengo es muchísimo agradecimiento hacia todos y cada uno de los componentes de este grandísimo club que es la UD Las Palmas. Han sido cuatro años extraordinarios ante una afición espectacular. Lo peor de la marcha es no haber podido brindar a esa afición maravillosa el objetivo del ascenso, pero sí les digo que tengan por seguro que lo hemos luchado al máximo los compañeros y yo por conseguirlo, pero al final no pudo ser.

¿Con qué momento se queda de esta temporada?

Han sido muchos e importantes, porque he tenido unos excelentes compañeros. Pero me voy a quedar con ese recibimiento de los aficionados en el aeropuerto al regreso de Almería a pesar de perder y quedar apeados en la eliminatoria por el ascenso. No pudo ser, a pesar de que lo luchamos. Pero esa comunión entre los aficionados y el equipo ha sido una nota muy agradable en mi carrera deportiva. Ésta es una afición espectacular, increíble. Lo damos todo por ellos.

Se siente agradecido, por lo que se ve, del cariño de la afición.

¡No cabe duda de ello! Aquí he pasado una buena etapa de mi vida. He viajado mucho y estado en muchos sitios en estos 18 años como profesional, pero aquí se han portado muy bien conmigo en estos cuatro años. He recibido mucho cariño. Incluso mi mujer y mis hijas están encantadas aquí y de cómo las han tratado. Estoy muy agradecido por ese cariño que, por supuesto, es recíproco.

Y ahora, ¿cómo se presenta el futuro?

Esperemos que sea de mucho trabajo y, sobre todo, provechoso para el club, porque justo es devolverle a la UD Las Palmas esa confianza que depositó en mí. Será un trabajo para el que no escatimaré esfuerzos, estaré a lo que me pida el club, y lo haré con muchísima ilusión y ganas, para que todo salga bien y que la UD Las Palmas logre los objetivos trazados, para que retorne a la Primera División. Ahora voy a trabajar para mis compañeros de otra forma. Antes lo hacía con ellos en el campo y ahora lo haré desde otra faceta, pero siempre para que ellos puedan lograr esos objetivos. Aportaré mi granito de arena, aunque sea mínimo, para ayudarles. Queda gente muy buena en ese vestuario y a ellos me debo a partir de ahora.

Un vestuario en el que no va a estar y del que no va a formar parte después de cuatro años...

Sí. Se me va a hacer raro y difícil cada día, cada mañana, el no estar en el vestuario ni entrenando en el campo con los compañeros. Pero repito que ahora voy a trabajar para ellos, para ayudarles desde otra óptica y con otra misión a que logren los objetivos.