A falta de magia, un torrente de oficio. Guarden a la UD de caviar en el congelador, aún sigue en fase de crecimiento. Y en ese margen de espera, sienta cátedra un híbrido mágico que fusiló a uno de los grandes de la categoría de plata como el Córdoba (2-0). Ayer, en un ejercicio de fortaleza, que contó con pinceladas de frenesí, en los últimos 15 minutos, los amarillos ejecutaron al indomable, que solo había recibido tres tantos, hasta que se topó con la máquina de Lobera.

Una obra de arte de Carlos Aranda -a la hora de encuentro- diseñó el jaque mate, que costó sangre, sudor y un cambio para la polémica. Juan Carlos Valerón, errático en la primera parte, como el resto del equipo, fue sustituido en el descanso, y con ese gesto, sin el Flaco sobre el césped, la UD destrozó a su rival. Mejoró el navío amarillo hasta la sentencia de Tana (minuto 94), en un baile mortal de media hora. Igual que ante el Girona, cuando amarillos se desmelenaron en los últimos quince minutos, también sin Valerón en el césped, el cuadro grancanario besó su tercer triunfo. Un éxito que llega avalado por la actuación imperial de Mariano Barbosa, que detuvo un penalti a Xisco -a los 12 minutos- y del músculo de Asdrúbal.

El futbolista del barrio de Guanarteme, en su segundo partido consecutivo de titular, fue despedido con una sonora ovación por el partenón amarillo. Se licenció con un festival de raza y acarició el premio del gol, al estrellar un balón en el travesaño. El búfalo, emulando a un veterano, llevó sobre sus hombros el peso del equipo. Fue la solución, en los primeros 55 minutos, cuando los amarillos buscaban un gramo de gloria bajo las tinieblas. En la tercera victoria liguera fue un ángel exterminador. Siempre vertical, su nivel físico, muy por encima del resto del equipo, se ha convertido en una arma mortal.

Con Galán en la muralla amarilla, y con una variación [Deivid por la derecha y David García, en la izquierda], la UD se alineó en torno a la figura de Apoño, que regresó al once, tras su ausencia en Lugo por unos molestias, y la música de Valerón. En las bandas, Asdrúbal, por la derecha, y Masoud, desde la izquierda, con clara tendencia a buscar el gol desde la mediapunta. Aranda completó otro regreso estelar, en una formación donde solo faltaba Nauzet Alemán, que por precaución, esperó en el banquillo su momento, tras superar sus molestias musculares.

Valerón trazó una pared imposible con Aranda y la UD comenzó con criterio. La necesidad imperiosa de borrar del disco duro el bochorno de hace una semana en el Ángel Carro de Lugo fue el mejor motor. Pero este Córdoba de Pablo Villa es un señor equipo. Un galeón repleto de veneno, que recurre al descaro con devoción. Xisco, ex de la UD Vecindario, forjado en el Deportivo y con pasado en el Newcastle, aprovechó un gran centro de Pedro -desde el costado derecho- para rematar de cabeza y poner en apuros a Mariano Barbosa. El delantero cabeceó el balón ante la oposición de David García y Deivid, pero no le importó. Les robó la cartera, de forma magistral, y dibujó la primera ocasión de un duelo de ida y vuelta -minuto 5-.

Ahora desde la izquierda, López Silva controló el balón con maestría y emplazó a Galán a una partida de póker. En ese pulso de miradas, el extremo diestro del equipo andaluz, jugando a pierna cambiada, destrozó al zaguero amarillo con dos quiebros solemnes. El defensa amarillo, ya en el suelo, dejó su pie en el aire y derribó dentro del área al incisivo López Silva. Desplumó al guardián y provocó un penalti incuestionable. Pero apareció la figura de la araña negra. Xisco abrazó la responsabilidad y golpeó el balón al centro, y a media altura. Barbosa, que aguantó con sangre fría, despejó sin agobios, para llevarse la primera ovación de su mejor noche como amarillo [encadena su cuarta campaña].

En su cuarta temporada, y tras lucir el brazalete de capitán, ayer fue ovacionado por el Gran Canaria. Sus guantes de acero aniquilaron al Córdoba. Tras la parada de Barbosa -minuto 12- la UD tomó aire. Fue como un suspiro. En el siguiente fotograma, Asdrúbal Padrón, tras marcharse de dos rivales, y al borde del área, golpeó con violencia el balón, que se estrelló en el larguero -min. 16-.

Los de Lobera pasaron de dominados a dominadores. El duelo cambió de guión. La UD fue más firme y Masoud, en el 16, cayó en el área de Saizar. Los amarillos se quejaron amargamente y solicitaron a Muñoz Mayordomo los once metros. Bernardo toca al internacional iraní, que hace más caerse que por seguir la acción. La reacción fue un espejismo. Un acto de rebeldía. La UD no lograba asentarse, Apoño, desquiciado, y Vicente Gómez sufrieron en exceso ante la presión de Luso y Caballero.

Cortocircuito amarillo. El Córdoba maniató a los artistas amarillos. Hasta Valerón cayó en la trampa, y perdió su brújula ante un rival que olía la sangre. Pánico en el Gran Canaria, sonreía el Córdoba.

Xisco, desde el interior de jardín de Barbosa, probó de nuevo al meta argentino. A la media hora, Apoño tuvo que pedir perdón al respetable, al mandar fuera de banda un balón desde el círculo central.Castillo, desde la autopista izquierda, completó una gran cabalgada. Solo así, con gestos de rabia, la UD dinamitaba la tónica del encuentro, que pertenecía al equipo blanquiverde. Lobera tiró de laboratorio, cambió las posiciones de Asdrúbal -que pasó a la izquierda- y a Masoud -derecha-. El movimiento, en el tablero de ajedrez del Gran Canaria, funcionó. El iraní, tras dejar en el suelo a Fran Cruz y a Bernardo, fusiló a Saizar pero el balón se marchó rozando el poste.

Un error de Deivid, que cuajó una segunda parte sobresaliente, dejó solo a Luso, que de vaselina, buscó sin éxito burlar al gigante Barbosa. Y llegó el descanso y la metamorfosis de Aranda. El ariete, desconocido en el primer acto, más preocupado de las polémicas arbitrales, encontró, al fin, el tesoro.

Metamorfosis hacia la gloria

De las dudas a una victoria por aplastamiento. Lobera, en el descanso, retiró a Valerón y dio entrada a Nauzet Alemán -que se ubicó en la banda derecha-. Asdrúbal se convirtió en la sombra de Aranda. La UD modificó sus parámetros de juego, eludió el toque inútil y a base de ´contras´ de fuego, incendió la propuesta del Córdoba. Pedro y López Silva exigieron al mejor Barbosa en el bombardeo y entonces, se hizo la luz. Un envío largo de Masoud acabó en la bota derecha de Aranda, que con un control de oro, se deshizo de Bernardo y Fran Cruz en el 1-0. Gol de bandera, que enmarca el poderío de un atacante diferente. Peleado con el mundo, el malacitano estaba escondido en su madriguera. Apareció bendecido, para firmar su primer tanto y dedicárselo a Javi Castellano -que estaba en el banquillo y fue uno de los señalados por en el bochorno de Lugo-. La genialidad cambió el discurso del encuentro.

Villa dio entrada a Dávila y Pacheco y fue Abel, a balón parado, el que sucumbió ante Barbosa. Muro de acero con acento argentino. Asdrúbal, ovacionado, dejó su puesto a Tana, que tras un contragolpe, y a pase de Nauzet, logró la sentencia. Triunfo de mérito con un portero de otro planeta. La UD tiene héroes en las dos áreas.

- Ficha técnica:

2. UD Las Palmas: Barbosa; Galán, Deivid, David García, Xabi Castillo; Vicente Gómez, Apoño; Asdrúbal (Tana, min. 84), Valerón (Nauzet Alemán, min. 46), Masoud; y Aranda (Máyor, min. 86).

0. Córdoba CF: Saizar; Iago Bouzón, Fran Cruz, Bernardo (Uli Dávila, min. 66), De los Reyes; Luso (Pelayo, min. 76), Abel; Pedro (Pacheco, min. 66), Caballero, López Silva; y Xisco.

Goles: 1-0. Min. 62; Aranda; y 2-0. Min. 94: Tana.

Árbitro: Jesús Muñoz Mayordomo (Comité Castellano-Manchego). Mostró tarjeta amarilla a los jugadores locales Galán y Nauzet Alemán, y a los visitantes López Silva, Luso, Iago Bouzón, Uli Dávila y Saizar.

Incidencias: partido de la octava jornada de la Liga Adelante disputado hoy en el Estadio de Gran Canaria con la presencia de 9.210 espectadores. EFE