La chispa entre Germán Dévora y Juan Carlos Valerón prende con rapidez. Hablan el mismo idioma. Para todo. Tanto para charlar de la vida como para interpretar el fútbol. De entrada, sin una pelota pegada al pie, dudan sobre el experimento. Pero una vez fijado el punto de partida, la Unión Deportiva Las Palmas -su club-, despliegan todo su talento y la cita, que tuvo lugar ayer -a mediodía- sobre el césped del Estadio de Gran Canaria, se convierte en un lujo. A partir de ahí, sólo queda escuchar y disfrutar. Como cuando el Maestro, a finales de los 60, jugaba en el Estadio Insular y equipos como el Real Madrid o el Barça mordían el polvo ante la UD. O como ahora, cuando el Flaco, como un metrónomo de ritmo delicado, mueve a Las Palmas en busca del camino de regreso a Primera División.

LA UD LAS PALMAS

Germán Dévora (GD): La primera referencia que tuve tuya [de Valerón] me la dio Gómez Perlado. Me comentó que había visto jugar a un chico de Arguineguín que era una maravilla. Esa fue la primera vez que oí algo sobre ti. Luego, con los años, ya te sufrí como rival. Fue en un partido amistoso entre el Gáldar, al que yo entrenaba, y la Unión Deportiva. Fue en pretemporada. Entraste en la segunda parte y cambiaste el ritmo y el curso de aquel encuentro.

Juan Carlos Valerón (JCV): Sí. También recuerdo aquel partido. Si no me equivoco, te expulsaron en la segunda parte.

GD: Sí, por mal criado con el árbitro [Risas].

JCV: Y aquel mismo año, en Segunda B, nos enfrentamos durante la temporada. Fue el año que subimos a Segunda División con Pacuco Rosales.

GD: Esa misma campaña, en el Insular, les costó ganarnos [la UD se impuso 1-0 al Gáldar]. Bastante, además. ¿Sabes cuál es una de las espinitas que me quedaron años después, cuando regresé a Las Palmas como secretario técnico? No poder trabajar contigo. Recuerdo que yo aún seguía en el Gáldar, pero ya le había advertido a Demetrio Suárez [presidente del club] que si la Unión Deportiva me llamaba, me iría porque es mi club. Y así fue. Fueron a buscarme Ángel Luis Tadeo, que Dios lo tenga en la gloria, y Sabino López. Nos reunimos en el Hotel Escuela de Santa Brígida y, de inmediato, me reincorporé a Las Palmas. Estaba loco por volver porque es mi equipo y una de las cosas que más quiero. En ese momento ya se rumoreaba que el Mallorca te quería y, creo que fue un mes después, al poco pagaron tu cláusula de rescisión. No pudimos coincidir y siempre me quedó ese regusto amargo. Incluso hubo gente que me culpó de tu salida.

JCV: Bueno. En aquel momento, irme al Mallorca, creo que fue la mejor decisión que podía tomar. Y no fue culpa de nadie.

GD: Todo el mundo decía que no ibas a jugar, que Palinha iba a ser titular indiscutible, y mira lo que pasó. A Héctor Cúper no le quedó otra que ponerte.

FICHAR POR LA UD

JCV: Fiché por la Unión Deportiva con 18 años. Había jugado toda mi vida en el Club Deportivo Arguineguín. Desde benjamín. Y en mi tercer año como juvenil me llamó la Unión Deportiva. Eso era lo máximo. Ni me lo pensé. Luego pasé dos años por Las Palmas Atlético, hasta que di el salto al primer equipo.

GD: En mi época no había categorías inferiores. No es como ahora, que se divide por edades. Antes, si tenías diez años, igual jugabas contra gente que tenía catorce años. Yo militaba en el Estrella Blanca y Antonio Velázquez, que luego fue segundo entrenador de Luis Molowny en la selección juvenil, me llamó para hacer una prueba con los filiales de la Unión Deportiva. Yo tenía catorce años y estaba como loco por fichar por Las Palmas. A las pruebas, que se hicieron en el Martín Freire, fuimos unos sesenta o setenta chicos. El entrenador que supervisaba aquel grupo era Carmelo Campos. Y de aquel día tengo una anécdota. Yo, en el equipo de la Piscina, empecé jugando de lateral derecho. Y luego, con los años, pasé a hacerlo de medio volante, aunque más defensivo que atacante. Pero aquel día, al formar dos equipos, les faltaba un delantero centro. Por aquel entonces, yo era rubio y muy delgado. Campos me vio y, señalándome, le dijo a Velázquez, "ponga a ese delgadito". Marqué dos goles y me quedé en filiales, donde pasé tres años inolvidable, probablemente los mejores de mi carrera como jugador.

ÉPOCAS DIFERENTES

GD: El que sabe jugar al fútbol, lo puede hacer en todas las épocas. Pero ahora el juego es más completo. Así lo considero yo. Muchas veces me viene gente y me comenta que ahora no hay futbolistas tan técnicos como antes, pero yo siempre les digo que en la actualidad los jugadores son mejores. Nosotros, hace cuarenta años, jugábamos a sesenta. Ahora se juega a ciento veinte. Son más completos. Lo que sí considero que hacía más difícil el juego en mi época eran los marcajes al hombre. Antes, frente a cualquier rival, siempre tenía a un defensa pegado a mí todo el partido. Ahora no es así. Cuando veo a Messi, que es un fuera de serie y al que hay que darle de comer a parte, recibir fuera del área y encarar para entrar en el área pienso que si a mí me dejaran jugar así, tan suelto, con las aptitudes que yo tenía, ahora podría jugar al fútbol.

JCV: Eso es verdad. Cuando veo partidos antiguos me doy cuenta de lo difícil que era jugar en esa época para los futbolistas con más talento. Además, antes los defensas eran más duros. Como no había televisión y todo lo que ocurría en el terreno de juego pasaba mucho más desapercibido, los defensas pegaban más.

GD: En el Atlético de Madrid había un defensa, Iglesias, que cada vez que me cogía me daba desde aquí [se señala el cuello] hasta abajo. A mí y a todo el que pasaba a su lado [Risas].

JCV: Siempre me he declarado un enamorado del fútbol anterior al mío. Siempre he considerado que todo era más difícil. Los medios, el juego, todo. Incluso cuando yo me fui al Mallorca, que no hace tanto de eso, para un futbolista canario era muy complicado salir de aquí. Incluso ir a la selección española. Ir antes, hace cuarenta años, tenía mucho mérito.

GD: No se puede comparar.

LA SELECCIÓN ESPAÑOLA

JCV: Jugar un Mundial con la selección española es increíble.

GD: Es el no va más.

JCV: Representar a tu país es algo muy grande. Pero insisto, jugar hace cuarenta años con la selección española tenía más mérito.

GD: No creo que tenga más mérito. Es lo que hablábamos antes de si los futbolistas de antes eran más técnicos que los de ahora. Ese no es el debate. Simplemente son épocas diferentes y no se puede, ni se debe, comparar.

JCV: Sí. Ahora todo es diferente. En la actualidad se juegan muchos más partidos. Las fases de clasificación son más extensas, hay más partidos amistosos porque también hay más intereses económicos. Incluso el seguimiento a los jugadores es diferente. Ahora todo es noticia.

GD: Ir a la selección española siempre es motivo de orgullo. En mi época logramos un hito increíble, que fue coincidir hasta cinco jugadores de la Unión Deportiva en un partido de España [el 17 de octubre de 1968, en un amistoso ante Francia, Eduardo Toba citó a Germán, Paco Castellano, Tonono, Martín Marrero y Justo Gilberto]. Eso, en buena medida, fue producto de los tres años de esplendor que vivimos con Las Palmas, porque luego el equipo volvió a pelear por el objetivo de siempre, que no era otro que la permanencia. Ahora es cierto que se juegan más partidos. Y en mi época no me puedo olvidar que yo tenía que pelear por una plaza con futbolistas del nivel de Pirri, Asensi, Marcial, Adelardo, Fusté o Claramunt. Y también creo que si las lesiones les hubieran respetado, Manuel Pablo y tú podrían haber ido más veces a la selección.

JCV: ¿Si hubiéramos disfrutado en esta selección? ¿Quién no? Lo decía antes el Maestro. El que sabe jugar al fútbol lo puede hacer bien en cualquier época. Y España ahora tiene un equipo que gana y hace disfrutar.

CARRERA PROFESIONAL

GD: Siempre te he seguido y siempre te admiré. Cuando el Atlético de Madrid descendió a Segunda , deseaba que salieras de allí porque estaba claro que el ambiente en el club no era el mejor. Luego te fuiste al Deportivo y ahí alcanzaste tu mejor nivel. Pero ahora aún nos toca disfrutar de todo el fútbol que te queda en la Unión Deportiva. Eso sí, hay que decirle a Lobera que te ponga aquí [la charla se realizó en la portería de la Grada Curva], más cerca del área, para que puedas asistir a tus compañeros. Aunque algunos no te entiendan. Eso me pasó a mí. Recuerdo que hablaba mucho con Justo Gilberto, porque al principio no nos compenetrábamos sobre el campo, para que obtuviera ventaja con mis pases.

JCV: No te vi jugar, pero la figura de Germán Dévora siempre ha sido una referencia para todos los que hemos pasado por la Unión Deportiva. De pequeño siempre oía historias tuyas y de jugadores como Guedes, Tonono, Castellano o León. Y eso queda. Lo escuchas y percibes ese respeto por jugadores que llevaron al equipo a lo más alto. Siento una admiración muy grande. Y el día que vi al Maestro en mi presentación, este verano, fue uno de los momentos más bonitos que he vivido en esta segunda etapa en el club.

EL FÚTBOL

JCV: ¿Qué es el fútbol para nosotros? ¿Cómo se explica eso? Ha sido, es y será mi vida.

GD: El fútbol es la vida. Yo, por ejemplo, no voy a los entrenamientos de los equipos porque me desconsuelo. Veo a la gente jugando y, al pensar en lo que yo haría y no poder hacerlo por una cuestión de edad, se me hace duro. Me pasa también cuando veo un partido por la televisión. Tengo una visión tan clara de lo que va a pasar que en ocasiones me adelanto a la jugada. Muchas veces me río mucho con mi mujer porque solemos ver los partidos juntos y, a lo mejor, canto gol cuando la acción aún en está en juego y ella me pregunta, ¿cómo que gol si no están ni en el área? Luego sucede lo que yo tengo en la cabeza y le digo, ¿lo ves?

JCV: Hay gente que tiene ese don, ese talento. Y lo vas a tener siempre.

GD: Si me pudiera reencarnar, pediría tener el mismo talento para jugar otra vez al fútbol.