El Club Baloncesto Gran Canaria, en 2013, el año de su cincuenta aniversario, anotó en su historia una temporada para recordar. Al mismo tiempo que buscaba sus raíces en la cancha de Obispo Rabadán para celebrar su admirable trayectoria, la entidad claretiana se coló entre los mejores equipos de España con tres ingredientes que siempre mezclan a la perfección: trabajo, esfuerzo y ambición. A base de dormir poco y soñar mucho, la receta que Pedro Martínez clavó en el vestuario, el Granca alcanzó su cota más alta tras medio siglo de baloncesto entre patios de colegio y competiciones profesionales: las semifinales de la Copa del Rey y del 'Playoff' por el título de campeón en la Liga Endesa.

Y, una vez más, todo sucedió en Vitoria. Allí, el 21 de diciembre de 1985, tras 14 derrotas consecutivas, el Claret Las Palmas -actual Herbalife Gran Canaria- ya logró su primer triunfo en la ACB. Fue ante el Caja Álava -Laboral Kutxa- y en una ciudad que 28 años después de aquella pequeña gesta fue escenario, en 2013, de otras dos grandes hazañas del Granca, tal vez las más importantes de su historia: el pasado 8 de febrero batió al Bilbao Basket (74-62) en los cuartos de final de la Copa del Rey para avanzar -por primera vez- hasta las semifinales del torneo; y tres meses después -el 28 de mayo- derrotó al Laboral Kutxa (66-72) para colarse, también por primera ocasión, en la ronda de semifinales del 'Playoff' por título de la Liga Endesa.

Tras eludir el descenso a la LEB Oro en la penúltima jornada de la campaña 2011-12, en el Cabildo -propietario del club- se apostó por un cambio de rumbo para afrontar el siguiente proyecto. Himar Ojeda fue despedido -movimiento que a la entidad le supuso un gasto cercano a los 100.000 euros- y Berdi Pérez fue el elegido para ocupar el cargo de director deportivo. Además de la permuta de profesionales, el movimiento también trazaba un nuevo modelo de gestión: la apuesta por la cantera para abaratar costes se guardaba en un cajón -finiquito al convenio de colaboración con el UB La Palma, por ejemplo- y se recuperaba el patrón de acudir al mercado de fichajes con una buena bolsa de dinero.

El Herbalife Gran Canaria, en verano de 2012, contrató a Jon Scheyer, Ryan Toolson, Brad Newley, Uros Slokar, Eulis Báez y Roberto Guerra -recuperado, en principio, para jugar en el filial de LEB Plata- para reforzar una plantilla en la que continuaban jugadores como Tomás Bellas, Óscar Alvarado, Javier Beirán, Xavi Rey y Spencer Nelson, a la que también se sumó -desde la cadena de filiales- Walter Tavares y que perdió a una pieza cuya relevancia trascendía un poco más allá del parqué: Sitapha Savané.

La mezcla, entre los que llegaron y los que continuaron, fue excepcional. Ni siquiera las lesiones de Rey, Toolson, Báez y Slokar, en los dos primeros meses de competición, lastraron la trayectoria del Granca, que firmó una primera vuelta sobresaliente: 12 victorias y cinco derrotas en 17 jornadas, el mejor balance histórico del equipo claretiano al cruzar el ecuador de la competición y que le permitió entrar como cabeza de serie en la Copa del Rey, un torneo en el que dio la primera gran alegría de la temporada.

El 8 de febrero, en el Buesa Arena de Vitoria y ante el Bilbao Basket, el Herbalife Gran Canaria superó una barrera que durante la última década se había convertido en una especie de ochomil inaccesible para la entidad claretiana. Tras siete intentos previos resueltos con siete derrotas, el conjunto de Pedro Martínez superó por primera vez en su historia el corte de los cuartos de final al ganar 74-62. Xavi Rey, con 22 puntos, comandó a un equipo que, 24 horas después, apenas tuvo opción para asomarse en la gran final al caer contra el Valencia Basket (83-72) en semifinales.

Aquel triunfo marcó el carácter de un grupo que encaró el resto del curso sin complejos y que, una vez más -por décima ocasión-, se metió en la pelea por el título de la ACB. Séptimo al final de la fase regular de la competición, con un balance de 19 triunfos y 15 derrotas, el Herbalife regresó a Vitoria para medirse al Laboral Kutxa en la ronda de cuartos de final del 'Playoff' y hacer historia. Tras caer (57-56) en el primer encuentro de la serie en el último suspiro -tras un triple de Thomas Heurtel-, el Granca encontró fuerzas para empatar el pulso -tras una prórroga- en el Centro Insular (83-78) y rematar la faena en el Buesa Arena (66-72).

Sólo el FC Barcelona, exigido al máximo, fue capaz de cortar el paso al equipo de Pedro Martínez en las eliminatorias del título (3-0 para el conjunto azulgrana), una derrota que supuso el colofón de la mejor temporada del CB Gran Canaria en sus 50 años de historia y que ahora marca el siguiente reto -superar ese techo- de una entidad que no entiende de imposibles. Así se las gasta el Granca.