Vale. Es obvio. Al Herbalife Gran Canaria, con los números en la mano, le ha tocado el peor rival posible: un Real Madrid que ha marcado, desde el inicio de curso, un paso marcial en todas las competiciones. De momento, en 34 partidos oficiales ha logrado 33 victorias. Casi nada. En la Liga Endesa nadie ha sido capaz de hincarle el diente y en la Euroliga sólo el CSKA, en Moscú, ha logrado superarle.

Pero esto es deporte y la historia está repleta de grandes sorpresas, de hazañas de equipos que no aparecían en los papeles como favoritos y que en una jornada repleta de gloria fueron capaces de hacer saltar la banca. Así que hoy, en el Martín Carpena de Málaga, que nadie lo dude: el Herbalife Gran canaria tendrá una oportunidad.

Exigencia blanca

A este Real Madrid, que gana tanto, que juega tan bien y que acumula tantos récords, no le valdrá de nada todo eso si no gana el primer gran título en juego. Su mérito es incuestionable y, de seguir con esta dinámica, estaría capacitado para alcanzar los éxitos que logró el Real Madrid en el que yo milité -capaz de ganar diez Ligas seguidas-, pero en un club como el blanco, ser segundo es un fracaso.

Esa presión, esa necesidad de ganar, el vértigo ante la posibilidad de caer en un partido con tanto en juego después de ganar otros encuentros sin tanta trascendencia, probablemente pese en la plantilla que entrena Pablo Laso. Y eso, si el Herbalife Gran Canaria es capaz de anotar sus primeros lanzamientos a canasta, puede despejar el camino al conjunto de Pedro Martínez y brindarle una oportunidad.

Dos equipos

Pablo Laso, al igual que Pedro Ferrándiz en mi etapa como jugador del Real Madrid, dispone de una plantilla amplia y muy solvente. Así, puede disponer de dos quintetos titulares que le permiten mantener siempre un ritmo muy alto de juego. Funciona tan bien, que dos jugadorazos como Sergio Rodríguez o Jaycee Carroll no disfrutan de muchos minutos de juego.

Esa rotación tan amplia permite al técnico del Real Madrid manejar muchísimas opciones y no bajar el nivel de juego durante los cuarenta minutos. Su juego de perímetro, con piezas como Sergio Llull, Sergio Rodríguez, Rudy Fernández o Jaycee Carroll, es espectacular. A todo eso, este verano, ha incorporado a jugadores como Bourousis o Mejri que le ofrecen unas posibilidades interiores muy solventes.

El ritmo, el ritmo

Como al bailar, en este juego el ritmo lo da todo. Y el Real Madrid, este Real Madrid de Pablo Laso, juega a todo tren, a un nivel altísimo que arrolla a cualquier rival. Y así, en la Liga Endesa, no ha encontrado rival porque nadie puede aguantarle la mirada al conjunto blanco durante cuarenta minutos.

Además de ganar en confianza con los primeros tiros, para el Granca será muy importante no salirse del partido nunca. Pero en eso, el equipo de Pedro Martínez es más solvente que nadie: nunca entrega la cuchara y eso incomoda al Real Madrid.