¿Qué tal se encuentra en Gran Canaria?

Sensacional, es un privilegio estar aquí, porque estar aquí significa que has sido seleccionado para arbitrar el mayor evento deportivo que hay en el mundo del deporte, no sólo en fútbol sino también en cualquier otra actividad.

Es su primera vez en un Mundial, ¿es un sueño hecho rea- lidad?

Se cumple una meta. Soy árbitro desde los 16 años, llevo 26 arbitrando. Para cualquier deportista es un sueño estar en la fase final de un Campeonato del Mundo. Además, tengo 42 años y era mi última oportunidad, porque con 45, tanto a nivel nacional como internacional, estamos obligados a colgar el silbato, es el límite de edad.

¿Cuál es el plan a seguir de los árbitros de la FIFA de camino al Mundial?

En realidad llevamos un año y medio trabajando en este proyecto. Éste no es nuestro primer curso, llevamos año y medio con cursos, seminarios y haciendo una preparación. La diferencia es que hasta ahora éramos 52 árbitros los preseleccionados, y ahora ya venimos sólo los árbitros finalmente seleccionados. Para nosotros esto es un paso más en la preparación, estamos en Gran Canaria esta semana y en marzo pasamos otra semana en Zúrich. La próxima vez que nos encontremos será semanas antes del Mundial, ya en Brasil. Estos son los tres últimos pasos después de un largo año y medio de preparación.

¿Qué tal ha sido esa competencia con Undiano Mallenco, el otro árbitro español preseleccionado?

Ha sido una competencia muy sana porque Alberto es un gran árbitro, una gran persona y un amigo. Cuando se cumplen los tres casos no hay ningún problema. Al revés, cualquiera de los que hubiera ido habría felicitado al otro, como así ha sido. Fue una competencia muy sana y muy amistosa. Es que somos amigos, no es una pose periodística, es la verdad.

¿Qué cosas se están tratando en este seminario?

Durante la mañana tenemos un trabajo técnico y teórico de vídeo, de explicaciones técnicas y tácticas. Revisamos situaciones y hablamos de todas las partes del fútbol. Pero no sólo de las reglas de juego y temas específicos de arbitraje, sino también temas técnicos, desde el punto de vista del juego en sí mismo. Porque para arbitrar un partido no sólo hay que saber de reglas de juego, sino también de fútbol. Y por la tarde hacemos un trabajo físico en campo, donde también contamos con la colaboración de un equipo de fútbol. Con ellos ensayamos diferentes situaciones de juego y hacemos una aproximación técnica, un ensayo real. Ese entrenamiento con jugadores de verdad, ensayando diferentes tipos de jugada es muy productivo.

Las grandes novedades que presenta el Mundial de Brasil a nivel arbitral son el espray para la barrera y el goal line technology. ¿Se tratan en este tipo de seminarios?

Para nosotros no es nuevo. Llevamos practicando con el espray durante este camino a Brasil, pues se utilizó en el Mundial sub'20 y en el Mundial de Clubes. Ya lo hemos utilizado tanto en entrenamientos como en la competición de verdad. Tuve la suerte de ir al Mundial de Clubes y allí lo utilizamos en los partidos, y durante casi un mes en los entrenamientos. Aquí también vamos a entrenar con ello y seguir practicando. Para el gran público será algo nuevo, pero para nosotros no.

¿Qué opina de este tipo de avances que hacen menos complicada la labor del árbitro?

No estoy autorizado para dar mi opinión al respecto. En las pruebas que hemos hecho en los grandes torneos, cada uno de nosotros hizo un informe personal de lo que nos parecía y lo mandamos a la FIFA.

¿En qué consiste el día a día de un árbitro profesional?

Es el mismo que el de un deportista profesional en el sentido de que nuestro día a día es entrenar. Yo siempre digo que la rutina diaria de un árbitro de fútbol es la suma de la de un futbolista más una parte de la del entrenador. Nosotros entrenamos como el futbolista, nos cuidamos como el futbolista a nivel médico y nutricional, no podemos evidentemente apostar o esquiar. Nuestra forma de vida es saludable como la de un futbolista. Tenemos molestias, lesiones, sobrecargas y partidos domingo y miércoles. Pero a eso le sumamos las horas que hacemos como un entrenador, la de analizar en vídeo nuestro último partido para comprobar qué cosas podemos mejorar y cuáles debemos seguir haciendo así. Y analizar nuestro siguiente partido para ver los equipos que vamos a arbitrar, para ver de qué manera juegan y estar preparados para lo que allí pueda acontecer. Esa sería la definición.

¿Qué cosas deben ocurrir para que la gente sea consciente de la dificultad de la labor de los colegiados y dejen de ser la diana fácil del fútbol?

Que nos conozcan más, que nos traten con amabilidad y que con entrevistas como ésta podamos transmitir a la opinión pública cuál es nuestro día a día. Si la opinión pública y la gente de a pie nos viera como deportistas profesionales que somos, como gente humana que intenta hacer su trabajo de la manera más profesional posible y que simplemente cometemos errores, como los comete cualquier persona a nuestro alrededor, todo sería más normal. Que nos vieran con esa normalidad, como un deportista más con sus aciertos y sus errores, con sus días buenos y sus días malos.

¿Ha arbitrado a la UD Las Palmas en Gran Canaria?

Sí. Recuerdo tres partidos, uno de ellos en el Estadio Insular, contra el Córdoba, y los otros dos en el actual, pero no recuerdo los rivales. Me quedo con el ambiente y la presión del Estadio Insular, no hay color, era mucho mejor.