El Colegio Fernando León y Castillo de La Isleta vibró ayer con la visita de varios jugadores de la UD Las Palmas. Estuvieron presentes Juan Carlos Valerón, Asdrúbal, Deivid y los gemelos Castellano, que estudiaron en dicha escuela entre los seis y los once años. Todos ellos fueron recibidos con honores, al sonido de tambores y de forma multitudinaria. En esa pista, en la misma en la que Javi y Dani crecieron como personas y futbolistas, se encontraba más de un centenar de jóvenes, muchos de ellos con sus respectivos padres, esperando para que los jugadores amarillos les atendieran. Durante unas dos horas firmaron calendarios solidarios de la UD y se hicieron fotografías pacientemente. Valerón fue, como es habitual, el más solicitado.

Durante esta temporada el club amarillo se ha esforzado especialmente en llegar a un gran número de colegios de la Isla para hacer las delicias de los más jóvenes de la casa. Pero la visita de ayer no fue una cualquiera. Muy cerca de allí nació y creció Deivid, y en esa misma escuela hicieron Dani y Javi Castellano sus primeros exámenes. Es la misma en la que se formaron muchos ex jugadores de la UD Las Palmas. La lista la comandan Federico Páez -que esta misma temporada recibió la insignia de oro y brillantes del club por sus doce temporadas en la entidad-, José Luis Santana, Rubén Castro, y Cundo. Con el actual delantero del Betis el Colegio consiguió el subcampeonato regional de fútbol sala escolar.

Así, los gemelos Castellano son dos miembros más de la tradición de jugadores de la UD que ha dado el Colegio León y Castillo. En la misma pista en la que desarrollaron el talento que ahora muestran en el césped del Gran Canaria, Javi Castellano se rompió un diente jugando al fútbol sala. Juan Luis Barragán, director de la escuela desde 1992, conoce a Javi y Dani desde que eran muy pequeños: "Eran unos chicos buenísimos, estudiaban y eran bromistas. Los entrenadores de Las Palmas nos pedían que tuviéramos cuidado con ellos para que no se lesionaran". Y admite que, pese a que hace mucho que les conoce, aún no les consigue distinguir: "Estaban en la misma clase y no podíamos diferenciarles, nos costaba bastante. Nos ocurría muchas veces que íbamos a buscar a uno y encontrábamos a otro".

Javi y Dani Castellano se encontraron la escuela diferente, con la obra de una piscina completada. Los dos estudiaron allí seis años, entre los seis y los once.