Llegó el momento de la temporada en que no se puede evitar mirar al exterior, al resto de clubes. A cinco puntos del segundo clasificado, la UD Las Palmas depende de los rivales para alcanzar su principal objetivo, el ascenso directo. Y por eso hace su propia quiniela, la quiniela del ascenso. El Éibar es la referencia, el equipo a superar, un rival al que se espera coger en la carrera. La Segunda División es un maratón, y muchos consideran que el Éibar es el típico atleta impetuoso que sale demasiado fuerte y se queda sin frescura en las piernas en los últimos kilómetros, sobre todo si tiene la opción de llegar a la línea de meta antes que el resto. Eso consideran sus principales rivales, o eso desean.

Observando el calendario del equipo que dirige Gaizka Garitano, sus contrincantes invitan al optimismo. Son piedras grandes en el camino, su maratón se pone cuesta arriba. Tienen que visitar al Mallorca (jornada 37), Deportivo de La Coruña (j. 39) y Numancia (j. 42). Se trata de tres de los campos más complicados de la categoría, en especial los de los dos últimos. Este fin de semana el cuadro vasco se medirá al Mallorca. Lluís Carreras, técnico balear, aún no ha dado con la tecla que tampoco encontró José Luis Oltra, pero se hace difícil pensar que todo un Mallorca siga por mucho tiempo luchando por la permanencia.

Asimismo, el Éibar recibe a Ponferradina (j. 38), Alavés (j. 40) y Lugo (j. 41). No son de los rivales más potentes de la categoría, pero otro motivo para la esperanza es que Ipurúa ya no es el fortín de hace unos meses. Y es que de los últimos cuatro partidos como local no ha ganado ninguno. Empató ante Hércules (1-1), Barcelona B (0-0) y Recreativo (0-0), y perdió contra el Tenerife (1-2). Su última victoria en casa se remonta al 1 de marzo contra el Sporting (3-0). Es otra de las señales de flaqueza que dan los de Garitano. Da la sensación de que se han quedado sin agua.

El Éibar es el equipo que todos tienen como objetivo, el que ocupa el tesoro de la segunda plaza, al que todos los demás quieren destronar. Pero hay muchos aspirantes, y ninguno de esos competidores tiene un calendario fácil, tampoco Las Palmas. A estas alturas solo hay un equipo que no se está jugando nada en la clasificación, el Barcelona B, que sin embargo puede que sea incluso más peligroso cuando sus jugadores no sienten presión.

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